La temporada pasada dejó cicatrices profundas en el vestuario del Real Madrid. Las lesiones golpearon con dureza, afectando a casi toda la plantilla y obligando a Carlo Ancelotti a improvisar constantemente. En el club han tomado nota, y este verano no solo ha habido fichajes en el césped, también se ha producido una auténtica revolución de puertas para adentro. El cuerpo médico ha sido renovado de arriba a abajo, y sí, incluso se ha pescado en el Barça para montar un equipo médico a la altura de las exigencias blancas.
En Valdebebas lo tienen claro: no se puede pelear por todo con media plantilla en la enfermería. Y esta vez, han decidido tomárselo muy en serio.
El cambio ha sido radical. Según fuentes cercanas al club, el Real Madrid ha prescindido de gran parte de los fisioterapeutas y readaptadores que formaban parte del staff durante los últimos cursos. El objetivo está claro: cortar de raíz los problemas físicos que arruinaron buena parte de la pasada campaña.
Al frente de esta transformación está Felipe Segura, el actual jefe de los servicios médicos, a quien el club ha dado plenos poderes. Ha sido él quien ha liderado las negociaciones con los nuevos profesionales, decidiendo salarios, condiciones y fichajes. Y entre esos fichajes hay nombres procedentes de clubes como el Granada, el Betis, el Málaga... e incluso del eterno rival, el FC Barcelona. Un movimiento valiente que demuestra que, por encima de la rivalidad, está la necesidad de contar con los mejores.
Pero no solo hay caras nuevas. El Real Madrid también ha apostado por reforzar su arsenal tecnológico. Herramientas de inteligencia artificial permitirán detectar sobrecargas o desequilibrios físicos antes de que se conviertan en lesiones. Cámaras térmicas, análisis en tiempo real y prevención avanzada para intentar que esta temporada no se repita el drama físico del pasado curso.