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Florentino Pérez negocia una nueva traición con el Barça como víctima, negociación directa con la familia

Alberto Rambla

En muchos medios de información se atrevían a dar prácticamente por confirmada la llegada de Vitor Roque al Barça. Aseguraban que el trato con Joan Laporta estaba hecho, y que tenía todo preparado para convertirse en el reemplazo de Robert Lewandowski, y unirse al proyecto de Xavi Hernández a partir de julio. Es más, ya se estaban filtrando las cifras de la operación, que oscilarían entre los 30 y los 40 millones de euros.

Sería la venganza que en el Camp Nou preparaban contra el Real Madrid por haberse llevado a Endrick, otra joya sudamericana, hace unas pocas semanas. Pero la realidad parece ser muy distina, y Florentino Pérez todavía no ha tirado la toalla. Aunque ya se ha asegurado los servicios del crack del Palmeiras, que aterrizará en España en 2024, después de haber invertido 72 ‘kilos’, también está peleando por el delantero de únicamente 17 años.

Vitor Roque (Foto: Cordon Press).

Los informes que ha recibido de los ojeadores recomiendan al 100% firmar al futbolista de Atlético Paranaense, que en el recién finalizado Mundial sub 20 brilló con luz propia, y acabó saliendo campeón y siendo distinguido como el máximo realizador, junto a Andrey Santos, del Chelsea. Esto ha hecho que en el Santiago Bernabéu disipen las pocas dudas que podían tener con el prometedor atacante, y se hayan decidido a poner toda la carne en el asador.

Nuevamente, están dispuestos a tirar la casa por la ventana para firmar a otra perla brasileña, y levantarle el fichaje al Barça cuando se daba por cerrado, como sucedió en el pasado con Vinicius Junior o Rodrygo Goes. Para ello, Juni Calafat, la mano derecha del presidente, se ha puesto manos a la obra, a fin de convencerle para que se traslade al conjunto de Carlo Ancelotti, y deje tirados a Laporta, a Xavi y a Mateu Alemany, una traición que difícilmente sería olvidada.

Como detallan en el portal web ‘Bernabéu Digital’, el Madrid irá con todo para llevarse el gato al agua, y evitar que acabe en el eterno rival.

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