Albentosa pide "más mala leche" a sus compañeros de equipo

Raúl Albentosa, central del Deportivo, ha pedido "más mala leche" a sus compañeros en los encuentros, ha confesado que admira a su próximo rival, el Alavés, por luchar "del minuto 1 al 94" en cada partido y ha afirmado que su suplencia en tres jornadas consecutivas y su vuelta al once demuestra que no jugaba "por ser amigo" del técnico.El defensa blanquiazul recordó este miércoles en rueda de prensa que el equipo coruñés "aún no" ha ganado en 2017 y eso le ha acercado a las posiciones de descenso, aunque tiene un partido menos que los últimos clasificados.
"Llevamos 19 puntos, estamos a tres del descenso, no hemos visto la quema, pero estamos ahí, cada vez queda menos, hay que apretar el culo y tirar para delante", abogó en su comparecencia.
El futbolista valenciano admitió que el Alavés es "un espejo" en el que mirarse porque "hace las cosas bien en el campo y todos sus jugadores van a una".
"Es digno de admirar que un equipo que acaba de ascender haga esos números y dé esa batalla. Me gusta ver al Alavés, al Eibar, a equipos que muerden del minuto uno al 94", señaló.
Albentosa indicó que el equipo coruñés debe "tener un poco más de mala leche, de picardía" en los partidos, e incluso reveló que "el otro día" le dijo a un compañero, cuando quedaban "dos minutos", que se tirara "al suelo" para perder tiempo.
"Está mal, pero nos jugamos la vida", reconoció el central, quien incidió en que deben saber "parar un poco el partido" cuando los rivales les "aprietan" como hizo el Athletic el pasado fin de semana en un encuentro que los coruñeses ganaban al descanso y en el que encajaron el definitivo 2-1 en los últimos instantes.
"Hay equipos que todo eso lo suelen hacer muy bien y a nosotros en esa faceta nos falta bastante tirando a mucho", opinó.
En todo caso, dejó claro que "el oficio no se trabaja ni se entrena, se tiene, se vive y se mama de pequeño" y afirmó que "todas las pillerías al final suman".
En San Mamés, Albentosa recuperó la titularidad que había perdido en enero y de la que había disfrutado desde su llegada al club el pasado verano de la mano de su entrenador, Gaizka Garitano, con el que había coincidido en el Eibar.
"Para la gente que piensa que tenía contrato con el míster, que tenía que jugar por decreto, pues se demuestra que aquí nadie se casa con nadie y lo digo a favor del entrenador. Juega el que él decide y considera oportuno. Había mucha gente que pensaba que yo jugaba porque era amigo del entrenador, pero eso no es así", advirtió.
El defensa reconoció que el equipo llega "asfixiado" a los últimos minutos del partido, pero no por un problema de juego, ya que consideró que en el equipo "hay mucha calidad", si bien admitió que no cuenta con "tanta profundidad".
Con todo, aseguró que tiene "más ganas y moral que al principio de Liga" y consideró que eso es clave para sacar al equipo adelante: "O tienes más moral o te hundes y te quedas en el camino", reflexionó.
En este sentido, declaró que "psicológicamente" al Deportivo le "hace falta una victoria" para dar "un pasito" como hizo en diciembre tras un contundente 5-1 a la Real Sociedad.