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Osasuna sigue luchando contra su pasado: de los amaños a la amenaza de la UEFA

Osasuna 2-1 Girona: Resumen del partido

Toda Pamplona estaba eufórica el 4 de junio tras la victoria del Osasuna frente al Girona, que le dio la séptima plaza en la clasificación de la Liga y la clasificación en la Conference League. Sin embargo, todo ha saltado por los aires tras la propuesta de los dos inspectores de la UEFA de excluirles de la competición europea. Todo ello por culpa del amaño del último partido de la temporada 13/14 por parte de los directivos del cuadro navarro.

“Hemos hecho una temporada magnífica, una de las mejores de nuestra historia, y solo lo hemos podido disfrutar tres días”, lamenta el director general de la entidad, Fran Canal, en declaraciones a EFE.

Canal incide en que es “una sanción muy injusta, porque las personas que estamos en el club llevamos nueve años luchando sin descanso por sacar a la luz la corrupción de años anteriores. Todo este proceso nos costó la casi desaparición en 2015 y nadie sabe lo que hemos peleado para poder reconducir el rumbo de Osasuna. Y ahora, cuando por fin has dejado atrás una travesía durísima en el desierto, te quieren castigar”.

El 2014, año negro del Osasuna

La debacle de 2014 terminó con el descenso del equipo a Segunda División y la salida del entonces presidente del club, Miguel Archanco, el 16 de julio de 2014. Ese día precisamente operarios de la compañía eléctrica se acercaban al estadio de El Sadar para cortar la luz por impagos. Una imagen de cómo estaba la entidad en aquel momento.

Una gestora tomó el mando del club para convocar elecciones y, en diciembre de ese mismo año, llegaba Luis Sabalza a la presidencia de Osasuna, cargo que todavía hoy mantiene con ilusión de seguir haciendo grande al equipo.

“Los primeros años fueron horrorosos. Llegamos sabiendo que la situación era delicada, pero no pensé que tanto”, explica Sabalza en una charla con EFE.

Había deudas por todos los sitios, telarañas en la caja fuerte, faltaba documentación relevante sobre muchos asuntos y cada día que entrábamos a las oficinas teníamos alguna sorpresa desagradable”, añade.

“A él no le gusta que lo cuente -dice Canal- pero el presidente tuvo que hipotecar todo lo que tenía y durante varios meses estuvo viviendo de lo que le prestaban algunos amigos. Tiraba de su tarjeta de crédito y cuando le llegaba la pensión la reponía. Aquello tenía muchísimo riesgo y desde luego no lo hubiese hecho cualquiera. Había que estar un poco loco para hacer lo que hizo el presidente”.

El riesgo fue tan alto que en la temporada 2014-2015 Osasuna estuvo a segundos de bajar a la tercera categoría del fútbol español, entonces llamada Segunda División B. Un gol de Javier Flaño en el último minuto del último partido en la Nova Creu Alta ante el Sabadell lo evitó. Un momento grabado a fuego en la mente de todo el osasunismo.

Javier Flaño, con el Osasuna en la temporada 06/07 (Foto: Cordon Press)

La deuda de la entidad se acercaba en aquel momento a los 100 millones de euros. “Era una barbaridad. Era cuatro o cinco veces el presupuesto que teníamos en Segunda. Tuvimos que reducir toda la estructura del club y nos quedamos en los huesos”, recuerda Sabalza.

Canal, explica cómo se generó aquella enorme deuda: “Durante varios años el club no pagó los impuestos que le correspondían, lo cual hizo que su deuda fuese creciendo sin parar, una situación que se ocultaba en las cuentas que se presentaban a los socios. Y, por otro lado, había salidas de dinero sin justificación alguna que hacían algunos directivos. Cobraban dietas y lo negaban en público y un sinfín de actuaciones irregulares".

FEBRERO DE 2015, OSASUNA ACUDE A LOS JUGADOS

Todas esas actuaciones hicieron que Luis Sabalza, acompañado por su entonces vicepresidente, Pedro Baile, se presentase en febrero de 2015 en el Juzgado de Instrucción de Pamplona y presentase una denuncia tras la detección de salidas de dinero por valor de 2,4 millones de euros sin justificar.

Ese fue el origen de toda la investigación, en la que el club actuó como acusación particular en todo momento, persiguiendo así a sus antiguos gestores.

“Sentimos la necesidad de hacerlo porque pensamos que era lo mejor para Osasuna. Los navarros siempre nos hemos sentido muy orgullosos de nuestro club porque es un club honrado y cumplidor, y todo lo que pasó en esos años nos avergüenza profundamente. Por eso quisimos ir hasta el final con todas las consecuencias”, explica Sabalza.

Osasuna se tuvo que desprender de todo su patrimonio, especialmente el estadio de El Sadar y las instalaciones de la ciudad deportiva de Tajonar, para saldar una parte de su deuda, apenas 32 millones. El resto se fueron pagando durante los siguientes años hasta que, en junio de 2018, la deuda neta de la entidad alcanzó mínimos históricos, apenas 7 millones.

“Durante muchos años todo el dinero que entraba en el club salía inmediatamente para pagar deuda”, comenta Canal. “En la temporada 2015-2016 logramos ascender a Primera División y ahí el presidente lo tuvo muy claro. Había que aprovechar aquel ascenso para pagar toda la deuda que pudiésemos. El equipo prácticamente estaba descendido en diciembre, pero aquel año nos sirvió para volver a Segunda en una situación muy diferente”, asegura el director general rojillo.

Ascensos, descensos, cambios de entrenadores, fichajes. El ritmo frenético siempre habitual en un club de fútbol se fue solapando con decenas de procedimientos judiciales abiertos, declaraciones, autos, vistas… Un camino lleno de espinas. Por si todo esto fuera poco, en 2016 se encargó una auditoría forense y afloraron otros 7 millones más de deuda no reconocida a la que tuvieron que hacer frente. “A día de hoy hemos pagado todo, estamos al día en el pago de todos los impuestos y hemos empezado a recomprar patrimonio”, asegura Canal.

LA LLEGADA DE JAGOBA ARRASATE, PUNTO DE INFLEXIÓN

La llegada de Jagoba Arrasate al banquillo en el verano de 2018 supuso otro punto de inflexión para Osasuna. El equipo ascendió a Primera División y desde entonces ha conseguido la permanencia sin demasiados apuros. Esta pasada temporada los rojillos alcanzaron la final de la Copa del Rey, que perdieron ante el Real Madrid (2-1) y una séptima plaza que les da derecho a disputar competición europea con total merecimiento.

Jagoba Arrasate, en una sesión de Osasuna (Foto: CAO).

Además, el Tribunal Supremo ponía en enero lo que parecía el punto final definitivo a todo el proceso judicial condenando a varios exdirectivos rojillos por apropiación indebida, falsificación y corrupción deportiva y exonerando a la entidad, a la que la Justicia española ha considerado una víctima de los desmanes de algunos de sus exdirigentes.

Todo parecía feliz en Osasuna hasta que, tres días después de finalizar la temporada, la UEFA llamaba a la puerta. “Ha sido un palo duro para todos. Sobre todo, porque hemos luchado mucho para limpiar Osasuna y para reconstruirlo desde la ruina más absoluta en que lo dejaron sus anteriores directivos”, afirma Canal con cierta resignación.

“Ha sido un camino durísimo en lo personal y en lo profesional para todos y recibir ahora este castigo casi diez años después es algo difícil de asimilar. Intento que los empleados no caigan en el desánimo y comprendan que hemos hecho lo correcto y que, a pesar de este sinsabor, el camino recorrido ha merecido la pena", explica Canal.

“Pero no es fácil. ¿Cómo le dices ahora a un presidente que llegue a un club y vea algo oscuro o ilegal que sea valiente y denuncie? Lo que están haciendo es desincentivar la lucha contra la corrupción en el fútbol, y eso es algo que tendría que hacernos reflexionar a todos”, finaliza.

Osasuna vive con incertidumbre la amenaza de sanción por parte de la UEFA que pesa sobre la entidad y que toda la masa social no entiende. El club agotará las vías posibles para ver cómo el barco de Arrasate sigue su camino por el viejo continente.

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