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Es Noticia

Las injustas lágrimas de un grande

Basilio García

Se marcha España del Mundial de Brasil. Y con ella se marchan muchos jugadores. Prácticamente todos los que copan la lista de jugadores más destacados de la historia de la selección.

Por fin el equipo de Del Bosque dio alguna muestra de lo que se esperaba de ella antes de llegar a Curitiba, donde empezó –aquí se concentró desde el primer día en una decisión extraña de la RFEF- y terminó la andadura de España en el Mundial más desastroso de los últimos tiempos.
Xavi, Xabi Alonso o Casillas parece que van a dejar paso a una nueva generación. Otros menos asiduos tampoco parece que estén para el Mundial de Rusia y ni siquiera para la Eurocopa de Francia. Incluso Del Bosque no tiene asegurada su continuidad a los mandos del combinado nacional. Sí seguirá Iniesta, que disputó su partido número cien y volvió a ser el mejor de España. Mientras le quede fútbol al albaceteño la selección resurgirá más pronto que tarde.
Pero el partido ante Australia ha tenido un nombre propio, el de David Villa. No jugó en los anteriores partidos de la cita pese a que es el único delantero que aportaba cosas distintas a Costa. Con España eliminada, el Guaje dio buena muestra de su competitividad y su implicación. Lo intentó, hizo un golazo y se hartó de besar el escudo de la selección a la que ha defendido en 97 partidos justo después de marcar su gol número 59.
Del Bosque ha tenido muchas virtudes a lo largo de su carrera deportiva, una de ellas ha sido ser justo con sus jugadores. Pero ayer se equivocó rotundamente cambiando a Villa, que se agarró un mosqueo de mil demonios continuado con las lágrimas del que sabe que no volverá a jugar con España. En el debe del seleccionador salmantino quedará.
Villa es el compromiso y el pundonor. Lo ha sido en todos sus equipos y lo redoblaba cuando se vestía con la casaca de España. Y Del Bosque sólo le ha dado 57 minutos cuando el equipo ya estaba eliminado, eliminado precisamente por esa falta de garra que el asturiano no sólo ha demostrado siempre, sino que además contagiaba a sus compañeros.
Para despedir a Villa hay que ponerse en pie y aplaudirle. Se marchó una vez más dejando su sitio a un Fernando Torres usualmente inoperante que ha taponado buena parte de su trayectoria goleadora con España. Sin los centenares de inexplicables minutos concedidos al de Fuenlabrada –o sin el compromiso adquirido recientemente con Diego Costa- sus números goleadores seguramente habrían sido aún mayores. Aún más impresionantes si cabe. Gracias por todo Guaje, tienes los mismos mundiales y marcaste un gol más que Maradona. Y amén.

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  1. erlokodeguantanamo

    Totalmente de acuerdo con la cronica. Paquetorres ha contado inexplicablemente con el doble de minutos que el Guaje,y aun asi no metido ni la mitad de los goles. Digno de Cuarto Milenio