Uno de los argumentos más válidos para rendir méritos al Málaga está en el DNI de sus jugadores. La plantilla 2023/24, a falta de un mercado invernal donde se esperan al menos dos refuerzos, tiene una media de edad de 24 años (24'07, para ser exactos). O lo que es lo mismo, el club no filial más joven de toda la Primera Federación. Hay que exceptuar, por razones obvias, a Atleti 'B' (21'3), Recreativo Granada (21'9), Real Madrid Castilla (20'3), Barça 'B' (19'9, el más joven de todos), Osasuna Promesas (21'7), Celta Fortuna (21'6) y Real Sociedad 'B' (20'9).
No es ninguna sorpresa que siga saliendo talento de La Academia. Lo que sí es noticiable es la cantidad de responsabilidad y protagonismo para nada residual que están teniendo la mayoría de jóvenes. Son el pilar fundamental del proyecto que forja Loren Juarros. Izan Merino, con su partidazo ante el Algeciras, ha sido el último gran rendimiento de un adolescente vistiendo la blanquiazul. Antonio Cordero y Aarón Ochoa también han mostrado trazas de jugón. No es fácil gestionar este tipo de irrupciones tempranas.
Lo sabe de primera mano Sergio Pellicer. Para él, la clave es "la constancia y que no pierdan la humildad". Dejó una interesante reflexión en su última aparición en Área Malaguista: "Málaga tiene muchas distracciones y no dejan de ser gente joven. Yo muchas veces soy el poli malo. Los que me conocen lo saben: yo soy muy cariñoso, pero soy muy exigente. Les digo mucho eso, el tema de la constancia. Y el tema de los hábitos. Los pequeños detalles del jugador. Que entrenen cada día a más exigencia, que no porque hayas sido el mejor en el partido esa semana entrenes normal... no. Y eso son cosas que yo he visto desde juveniles".
"Hay muchísimo talento, pero no hay hábitos de constancia. Por ejemplo, los jugadores del norte tienen muchos hábitos, pero les falta talento. Ahora, lo que tenemos que hacer nosotros con los jóvenes es darles la oportunidad. Muchas veces les digo que les ha tocado la lotería. Es que no saben lo que tienen, una oportunidad de jugar en un club tan grande. Nosotros que hemos sido jugadores, para jugar en este club había que picar mucha piedra. Ahora, hay un chaval con 16 o 17 años que hace dos partidos buenos en el filial y ya está debutando en el primer equipo", añadía.
Su estatus como principal líder del grupo tiene una alta dosis de responsabilidad con los imberbes malaguista: "Nosotros tenemos que generarle esos hábitos, también los entornos, los representantes, es complicado. También los medios de comunicación. Por ejemplo, cuando Álex Calvo debuta en Las Palmas, marca el gol y luego sale en prensa... no sabéis la que lié. Lié la mundial. Al chaval hay que protegerlo y enseñarle el camino de la humildad, que hoy en día se pierde muy rápido", sentenció el entrenador.