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Sadiku: "Cuando juego en La Rosaleda siento algo que sólo siento con mi país"

F.N. / J.M.N.

En las calles del distrito de Elbasan echó los dientes, entre el dolor que provocó una guerra de la que Albania tardó en salir, el único delantero centro de la plantilla del Málaga CF: Armando Sadiku. Llegó desde el Levante en el último día de mercado con la obligación de los goles a cuestas y trajo, además, la furia del que se ha ganado hasta el último segundo de juego de su carrera. Sadiku atiende a ElDesmarque Málaga con una sonrisa, muy pendiente de que su castellano -mezclado con tintes de italiano- se entienda a la perfección. Afable y con carisma pese a ciertas dosis de timidez, no esconde que está disfrutando del fútbol pese a la falta de resultados y a la complicada situación institucional. Es feliz y se nota. Por él se quedaría en Málaga mucho más tiempo. También con Víctor, con el que su relación es firme y basada en la plena confianza.

"Ser el único delantero me da más motivación, cuando juego quiero ser un ejemplo para todos los compañeros", dice con veteranía alguien al que la juventud le jugó una mala pasada en sus inicios en Albania. "Era un adolescente", señala al recordar una dura sanción de casi dos años por un conflicto con un árbitro. Aquello fue "un punto de partida para él", como todos los que tuvo tras superar los golpes que ha ido sufriendo por el camino: sus dos rodillas se rompieron en dos de sus mejores momentos como profesional. "Todo lo malo se olvida cuando estás bien, como ahora", detalla.

Sadiku, posando en el Anexo de La Rosaleda (Foto: Jesús Noguera)

Algo ebulle dentro de él cuando habla de su país o cuando rememora su histórico gol en la Eurocopa de 2016, un tanto de un millón de euros y con el que casi sale "corriendo del estadio". Aunque su sentimiento aflora con la misma firmeza al hablar del malaguismo, con el que no se le acaban los halagos. "Cuando juego en La Rosaleda siento algo que sólo siento con mi país", explica con sinceridad, no hay un atisbo de falsedad en sus palabras. Es directo, como su juego. Siempre de frente a la verdad y a la portería. Un futbolista al que merece la pena conocer. De aquí en adelante, tiene su oportunidad.

- ¿Qué tal se encuentra?

Muy bien, estoy muy contento. Me siento ya en poco tiempo como en casa. Esto es gracias a la gente del club, a la afición y la gente de fuera. Me encuentro muy bien, muy contento.

- Una ciudad cómoda para vivir, ¿verdad?

Sí, yo estoy con mi familia aquí y estamos muy contentos de la vida que tenemos. Mi familia está muy contenta y eso es muy importante para mí.

- ¿Se parece a Valencia, de dónde usted viene?

Un poco sí. El clima es parecido, aunque un poco más de calor aquí. Pero son dos ciudades un poco iguales.

- Se le ha visto muy metido en el equipo desde el primer momento. Para llegar el último día de mercado cayó muy bien aquí.

Sí, es verdad que llegué un poco tarde, en el último día de mercado. Pero ya estaba en forma, hice la pretemporada con el Levante. Aquí me han acogido muy bien todos los compañeros. Gracias también al míster que me ha dado la confianza. Pasé a otro nivel, directo a jugar. Esto me ha hecho dar mi 100% desde el primer día que estoy aquí.

- ¿Qué recuerdos tiene de ese último día de mercado?

Era un momento, en los últimos tres días, en el que tenía que tomar una decisión. Cuando llegó Málaga pensé con mi familia y mi representante venir aquí. El último día fue un poco sufrido porque me tocaba tomar la decisión. Estoy muy contento de la que tomé.

Sadiku, entre las redes de una portería del Anexo (Foto: Jesús Noguera).

- ¿Qué le contó Keidi en aquella llamada antes de venir?

Hablé con él y me dijo que el equipo estaba bien, la ciudad también. Me dijo el primer día que me tocaba marcar muchos goles (risas). Las palabras de Keidi eran muy buenas y decidí venir aquí.

- Le queríamos preguntar por sus inicios: ¿cómo fue su infancia en Albania?

Empecé desde pequeño con mi papá como primer entrenador. Luego hasta los 15 años estuve con él. Con 16 jugué mi primer partido con un equipo de verdad, profesional. Desde ahí estoy jugando profesionalmente.

- ¿Tiene recuerdos de la guerra en su país?

Sí, en 1997 había una guerra en Albania, yo tenía seis o siete años. Bueno, para mí es una cosa normal. No era un problema entonces. Era muy pequeño y no entendía lo que ocurría, pero pasó muy rápido. Ya se olvidó.

- ¿Queda algo que haga recordar aquel tiempo?

Bueno, siempre uno recuerda los momentos brutos que pasaron pero ahora es otro país, otra cosa distinta. Albania tiene mucha evolución, ya está reconstruida y es un bonito país para visitar.

- Ha crecido mucho en todos los sentidos su país.

Cada año, cuando vuelvo a mi país, siempre tiene cosas que han cambiado mucho. Para mí es muy bueno decir aquí a mis compañeros que visiten Albania. Estoy orgulloso.

- Cuando va con su selección siempre es algo especial, ¿no?

Sí, claro. Es otra cosa jugar con la camiseta que siempre soñé desde niño. Es muy importante para mí.

- Usted se ha roto dos veces la rodilla, ¿cómo lo vivió y lo superó?

He tenido muchas lesiones en mi carrera, me han penalizado un poco. En mis mejores momentos siempre he tenido lesiones, algunas graves que me han dejado fuera por mucho tiempo. Gracias a Dios pasó todo y estoy aquí, jugando y me siento bien. Todo se olvida cuando estás bien.

- Hay un capítulo en su carrera, cuando jugaba en Elbosani, en el que le sancionaron durante muchos meses. ¿Qué ocurrió?

Era adolescente. Ciertas cosas no las entendía bien, siempre quería más. Quería dar más de mí mismo, quería ganar siempre y a veces no ganas. Hice una cosa mala con un árbitro que me expulsó y me suspendieron varios meses. Pero esto fue mi punto de salida, pasé a algo positivo. Desde este momento salí para jugar fuera, era un momento clave de mi carrera. No era bueno, pero luego salió bien porque me fui fuera de Albania y estoy aquí ahora.

- Ha jugado en varios países, varios equipos. ¿Con qué se queda?

Culturas diferentes, fútbol diferente, compañeros diferentes. He pasado por muchos clubes y cada uno me hizo crecer más. Tengo una experiencia que me ayuda a estar bien rápido en los clubes que voy. Es bonito para mí cambiar, conocer otras culturas y otros equipos. Todo eso lo tengo conmigo para siempre, me gustan los cambios.

- Le quiero preguntar por varios goles de su carrera. El primero, el que marcó en la Eurocopa 2016 ante Rumanía y que celebró como un loco por su importancia. ¿Cuáles son sus recuerdos de aquel gol?

Por suerte no me salí del estadio (risas). Fue un gol que sólo pasará una vez. Soñé desde niño jugar con mi selección e ir a un Europeo. Marcar ese gol para mí fue una gran emoción, un sueño que se hizo realidad. Fue muy bueno, fantástico. Cuando marqué quería salir del estadio de la emoción y la felicidad que tenía.

- ¿Qué recuerda de su primer gol con el Málaga.

Fue muy importante porque llegué a un equipo nuevo y soy delantero. Marcar un gol para la confianza de todo el equipo y de mí mismo es muy importante. Fue muy emocionante. Quería marcar en La Rosaleda el primero, pero fue en Miranda.

- ¿Cómo vive un recién llegado todo lo que hay alrededor del club? La posible venta, los problemas económicos...

Bueno... yo tengo experiencia y he pasado muchas cosas así. Cuando entras al campo olvidas todo. Nosotros olvidamos y pensamos sólo en ganar partidos. Las cosas que pasan en el club para mí no son importantes.

Sadiku, durante un instante de la entrevista (Foto: Jesús Noguera).

- Es el único delantero centro nato de la plantilla, ¿eso le da más presión?

Me da más motivación. Cuando entro quiero ser un ejemplo para todos los compañeros. Quiero dar más. He estado dos semanas lesionado y he sufrido muchísimo. Quería jugar, lesionado también. Soy un privilegiado cada vez que me toca jugar.

- Tras los partidos ante el Elche y el Tenerife tuvo palabras muy bonitas para la afición. ¿Cómo es el malaguismo?

Bueno... (suspira). Es una afición increíble, de verdad. Cuando juego aquí en La Rosaleda siento algo que sólo me pasa cuando juego en mi país con mi selección. Allí la gente ama el fútbol, cuando juega la selección el estadio siempre está lleno. Cuando juego aquí en Málaga me siento como si jugara en mi casa. Esta afición es espectacular, cuando salgo al campo siento a esta afición. Me emociona. Quiero dar más de mi 100%.

- Fue el héroe en la victoria frente al Tenerife, ¿cómo lo vivió?

Cada partido he dado todo en el campo, pero marqué dos goles y espero seguir así marcando y ayudando al equipo. También dando pase para que otros marquen. Estoy muy contento.

- ¿Se quedó con ganas del 'hattrick'?

No, estaba un poco fatigado al final. Quería el cambio un poco antes, pero Víctor me cambió al final. Toda la afición me aplaudió y muy bonito, muy especial.

- Ahora comparte delantera con Antoñín, ¿cómo es jugar con él?

Somos diferentes, él es rápido y con un uno contra uno muy bueno. Yo soy más físico, me siento muy bien con él. Esperamos marcar muchos goles juntos.

- Se parecen un poco en el carácter.

Sí, él también tiene carácter como yo. Espero que él también marque muchos goles, los necesitamos.

- Por ir concluyendo, ¿cómo es su vida en Málaga?

Soy un chico tranquilo, no hago muchas cosas. Cuando termino el entrenamiento me voy a casa a comer, descansar en la siesta. Luego salgo con mi mujer aquí en Málaga a disfrutar en el tiempo libre. Me gusta ver películas, ir de tiendas y descansar.

Sadiku, posando para este medio (Foto: Jesús Noguera).

- Le ha venido bien la presencia aquí de Keidi.

Tenemos muy buena relación, también con su familia. Estamos siempre juntos, pasamos tiempo con las familias. Para mí es mi primer amigo aquí en Málaga, me ayudó mucho.

- ¿Ha tenido tiempo de probar la gastronomía malagueña?

He probado varias comidas, sí. Me gusta mucho la comida aquí. No se parece mucho a la de mi país, pero a me gusta probar otras comidas.

- Por último, un mensaje para la afición.

Esperamos ganar partidos, necesitamos su ayuda, que nos apoyen cada partido como están haciendo. Creo mucho en este equipo, que podemos hacer cosas buenas juntos con el apoyo de la afición.

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