Okazaki: pieza clave de un Leicester campeón

La Premier League del Leicester es una de las grandes hazañas deportivas deportivas de este siglo, seguramente la proeza futbolística más importante de la década. "Somos como Forrest Gump, no podemos dejar de correr", insistía Claudio Ranieri, la mano que mecía al club inglés y en el que caló su idea. Un leitmotiv que también se puede aplicar a Shinji Okazaki, el primer fichaje del Málaga CF para la nueva temporada. El japonés es uno de los héroes de aquel histórico equipo, una pieza clave para la consecución de un título con pocos precedentes.

El delantero y N'Golo Kanté fueron los únicos fichajes para un conjunto inglés que venía de salvar la categoría de forma agónica. El Leicester adquirió al nipón por más de 10 millones de euros procedente del Mainz. Su impacto fue inmediato. Formó una asociación fructífera con Jamie Vardy, uno de los descubrimientos de aquella plantilla. Okazaki hizo cinco goles esa temporada, cifra no muy alta, pero sus tantos dieron 2.14 puntos por partido a su conjunto, un guarismo que sí es de mucha trascendencia.

El malaguista se fajaba con los centrales, en una de las virtudes que destacaba Javier Aguirre, que fue su seleccionador en Japón, en una radiografía a su juego, para abrirle las defensas al inglés, que marcó 24 goles y acumuló 11 jornadas seguidas marcando, hecho sin parangón en la liga británica. Un futbolista que tres años antes jugaba en Quinta División. Ese también fue un éxito de Okazaki, que llegó incluso a jugar la Champions League y a marcar. Ahora, con su llegada a Málaga, asume otro reto de aúpa en su carrera. Va a conocer un fútbol nuevo y llega a un proyecto exigente, donde va a ser, seguramente, la cara más visible. "Quería jugar en España, no importa la categoría", decía el mismo. Alma de campeón para el Málaga.