Adrián, de profesión llegador
Adrián González está viviendo un cambio en su rol dentro del Málaga. Tras casi media temporada haciendo pareja con N'Diaye como mediocentro, ha visto como, con la aparición de nuevos jugadores en esa posición y el cambio de sistema presentado por Muñiz, su colocación en el campo ha cambiado, lo que le permite tener más llegada al área rival. Y eso lo ha aprovechado para marcar tres goles.
El futbolista madrileño fue suplente en el encuentro ante el Zaragoza. Aquel día Muñiz dio la titularidad en su lugar a Lacen y a Keidi Bare junto a N'Diaye, realizando un cambio de dibujo. Adrián entró por el argelino tras el descanso y aprovechó el nuevo sistema para mostrarse más liberado y aparecer en el área maña para marcar el gol que sellaba la victoria malaguista.
La irrupción de Keidi Bare (y ahora también la llegada de Erik Morán) ha hecho que Adrián haya abandonado la posición de mediocentro. Incluso cuando el Málaga volvió al sistema del 4-4-2 ante el Lugo, era el albanés quien formaba pareja de baile con N'Diaye y el madrileño partía más pegado a la banda.
El propio Adrián en rueda de prensa admitía que jugando de mediocentro debía participar más en el arranque de la jugada y pisaba menos el área rival, planteándose como reto para la segunda vuelta estar más cerca del gol.
Y lo ha conseguido. En los dos últimos partidos en casa, el jugador malaguista ha conseguido marcar y lo ha hecho al estilo que le ha definido toda su carrera: como llegador. Apareció en el área pequeña ante el Lugo para remachar una asistencia de Blanco Leschuk. Y contra el Almería supo leer un buen centro de Keidi Bare para adelantarse a su marcador y rematar de primeras para batir al portero rival.
Adrián ha visto modificada su posición, adelantándose unos metros y teniendo más llegada. Y el madrileño ha respondido del mejor modo posible, con tres goles en los últimos cuatro encuentros que le colocan como el segundo goleador (suma cinco tantos) del equipo tras Blanco Leschuk y recordando cuál es su mayor virtud, la de ser un llegador.