Kiko, un malaguista de amarillo

El 29 de abril de 2007 la vida le lanzó un guiño a Francisco José Olivas Alba, ‘Kiko’, entonces un antequerano de 18 años que llevaba media vida subiendo y bajando Las Pedrizas para entrenar con el Málaga. Ese día, con el dorsal ‘54’, debutaba con el equipo de sus amores en Salamanca. Las lesiones en la defensa obligaron a Muñiz a formar con el propio Kiko y Alcalá de centrales. Casi nada. Sin embargo, ambos mantuvieron la portería a cero y llenaron periódicos la semana siguiente. “Me acuerdo perfectamente de ese día y no lo viví como un marrón, al contrario”, destacó el antequerano días atrás en Punto Radio. Kiko era de lo poco potable de aquel pésimo Málaga que sudó sangre para salvarse, pero, por circunstancias que no vienen al caso, acabó en el Villarreal B, donde ha hecho carrera. “Me fui porque el proyecto deportivo que me ofrecieron aquí era mejor”, señaló el joven central en Onda Cero.
La temporada pasada subió al filial amarillo a Segunda y en la actual, merced a un caso parecido de lesiones defensivas, ha debutado en Primera y en la Europa League. Tras cumplir y agradar con los de Valverde, ha vuelto al Villarreal B y tendrá que conformarse con ver el partido del domingo en la grada de El Madrigal: “Hubiera preferido jugar contra el Málaga antes que contra el Castellón en el derbi provincial, pero bueno. ¿Quién quiero gane? No sé, es difícil porque ambos necesitan los puntos, así que el que se lo merezca en el campo”.
Kiko se mostró muy soprendido por la crisis deportiva del Villarreal, un equipo hecho para estar arriba y que tras la séptima jornada ocupa el farolillo rojo. “Siempre hemos empezado bien, no es normal esta distracción. Pero este club te otorga mucha confianza y eso es positivo para sacar la situación adelante”, dijo a la vez que señaló que “le encantaría volver algún día al Málaga porque la tierra tira mucho”. Palabras lógicas de un malaguista exiliado en Vila-Real.