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El Ramadán pasa factura
El domingo finaliza el Ramadán. Baha y Benachour suspiran aliviados. Ha sido un mes demasiado duro para ambos, ya que este año ha coincido con el tramo final del verano. Las secuelas físicas en el franco marroquí son palpables, como se aprecia en la foto. No en vano, el ‘7’ del Málaga ha perdido cinco kilos, tres más que el año pasado. Sin embargo, no ha sido infiel a su cita con el gol. Ya es habitual que Baha marque en el noveno mes lunar del calendario musulmán.
Por su parte, Benachour también se ha referido hoy a este asunto. “Ha sido muy duro, sobre todo la última semana. Ahora sólo faltan unos días para que podamos comer y beber como todos. Estoy feliz”, dijo sonriente el franco-tunecino.
En lo deportivo, Nabil Baha ya ha "borrado de la mente" la ocasión que tuvo en el descuento del partido de Riazor. El franco-marroquí sólo tiene en su cabeza ganar al Racing y, a poder ser, contribuir a ello con algún que otro golito. Su estreno esta temporada en Martiricos fue inmejorable, con golazo de chilena a todo un Atlético de Madrid. Baha avisa del potencial de Racing: "Hay que intentar jugar mejor que en A Coruña y ganar el partido. El Racing tiene un buen equipo, buenos jugadores pero el año pasado no consiguió ganarnos. Espero que repita esta temporada", ha afirmado el ariete albiceleste en rueda de prensa. Indiscutible para Muñiz, la elección de su pareja de baile en ataque es una de las grandes dudas que maneja el técnico para el partido de mañana. Victor Obinna cada día va a más y peligra la presencia de Fernando Forestieri junto a Baha. "Me encuentro bien jugando con todo el mundo, no tengo preferencias. ¿Obinna? Si es del Inter de Milán es porque es muy bueno. Me puede ayudar en la presión, tiene velocidad y presiona mucho. Eso hace que los defensas no tengan fácil salida de balón. Forestieri también presiona muchísimo, ya lo ha demostrado. Hay mucha competencia, muy buenos jugadores y gente con diferentes características", relata el franco-marroquí.
En cuanto al césped, el delantero, como la mayoría de sus compañeros, se muestra crítico: "Está fatal, pero vamos... todos los años es igual. Estamos un poquito hartos de decir siempre lo mismo. ¿Beneficiarnos? Si cada año hay 15 jugadores nuevos, cómo vamos a estar acostumbrados...".
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