El último Villarreal-Roma se jugó por decisión de la UEFA el 11-M
real (Castellón), 13 feb (EFE).- El Villarreal recibe el jueves al Roma en un partido cuyo único precedente se mantiene en el recuerdo por causas extradeportivas, ya que se jugó por una decisión de la UEFA a pesar de que los clubes pidieron no hacerlo tras los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004, día del encuentro.Ese mismo día había tenido lugar en Madrid una cadena de atentados en diversos trenes de cercanías que saldaron con un total de 191 fallecidos y esa noche se debía jugar el Villarreal-Roma en El Madrigal y aunque tanto el club español como el italiano pidieron su suspensión, la UEFA no aceptó la propuesta.
El consejero delegado del Villarreal, José Manuel Llaneza, informó tras los atentados que el presidente de su club, Fernando Roig, había pedido oficialmente la suspensión del encuentro.
Llaneza afirmó que aquel era "un momento muy grave para todos y en una situación como esta se hace muy difícil afrontar un partido de fútbol o de cualquier otra competición".
A las diez de la mañana se había celebrado la habitual reunión entre los dos clubes y el delegado de la UEFA, el alemán Hermann Felbherr, en la que se trató este tema y en la que el representante del organismo europeo informó de que, en principio, se iba a disputar el partido.
Aquel era el único encuentro de competiciones europeas previsto para ese día en España, ya que Barcelona, Valencia y Mallorca también debían jugar partidos de ida de los octavos de final de la Copa de la UEFA, pero como visitantes.
Antes del comienzo del partido, los jugadores de ambos equipos mostraron su repulsa contra el terrorismo con una pancarta que portaron juntos a su salida al terreno de juego que rezaba: 'Paz sí, terrorismo no'.
Además, en la banda de la grada de preferencia se colocó otra pancarta de noventa metros de longitud, en la que se indicaba: 'El Villarreal CF, con las víctimas, con la Constitución y contra el terrorismo'.
Los jugadores, que lucieron brazaletes negros, depositaron la pancarta en el centro del campo y guardaron, junto al público, un minuto de silencio como homenaje a las víctimas del atentado.
Incluso el técnico del Roma, Fabio Capello, reconoció en rueda de prensa que no debía haberse disputado el partido, que finalizó con victoria local por 2-0.