Los 'viejos rockeros' del gol

Cuando hablamos de futbolistas veteranos, a la mayoría se nos vienen a la cabeza porteros que rondan la cuarentena, defensas fuertes y expeditivos o centrocampistas con tanto fútbol a sus espaldas que prácticamente saben lo que va a suceder en cualquier momento del juego. Sin embargo, el gol no está reñido con la edad, tal y como demuestran algunos delanteros que siguen rompiendo redes con edades que, para muchos, pueden sonar a jubilación deportiva.

 
En España el caso más presente es el de los dos mejores 'killers' nacionales en LaLiga Santander de los últimos años. Tanto Aritz Aduriz como Rubén Castro tienen 35 años y siguen batiendo porteros como el primer día, en dos carreras de recorrido similar basadas en una explosión tardía y dos equipos, Athletic y Betis, en los que han mostrado su mejor nivel.

Aritz Aduriz

Si hablamos del delantero vasco estamos haciéndolo de un jugador internacional, que disputó la pasada Eurocopa en Francia, su primer torneo internacional, con la selección española. Ya a finales de 2010 el guipuzcoano había debutado con la selección española en Salamanca, en un partido en el que la entonces vigente campeona del mundo derrotó a Lituania. Precisamente en ese partido coincidió con Fernando Llorente, el jugador que motivó su salida del Athletic en su segunda etapa en Bilbao en busca de minutos.
Sin embargo, no fue hasta el pasado mes de marzo cuando Del Bosque confió en Aduriz al 100% y no como un parche para tapar una ausencia esporádica. Con su gol a Italia en un amistoso en Udine, Aritz demostró que también sabía marcar goles en la selección nacional, equipo con un estilo diferente al del Athletic. De nuevo contra Italia, en los octavos de la Euro, Aduriz disputó su último partido como internacional en la derrota española.

Como ya hemos contado, el camino de Aduriz al estrellato en el Athletic no ha sido fácil, como demuestra el hecho de que no haya explotado en San Mamés hasta su tercera etapa. En la primera, tres partidos con ficha del filial fue su bagaje antes de pasar por Burgos y Valladolid.
En tierras castellanas se vio su olfato de gol, lo que le valió volver a casa en el mercado de invierno de la temporada 2005/06. Dos temporadas y media con 23 goles que no consiguieron colocarle como titular absoluto por la explosión del joven Llorente.
De ahí pasó al Mallorca, donde superó por primera vez la cifra de los 10 goles en Primera, en dos temporadas a un nivel altísimo que le valieron firmar por un equipo de Champions como el Valencia y su primera llamada con la Selección.
El Athletic de Bielsa no perdía de vista al delantero y lo devolvió a casa en el verano de 2012 para una temporada, la segunda de Bielsa con los ‘leones’, marcada por el anuncio de Llorente de que iba a marcharse al terminar contrato en ese próximo verano, lo que motivó la suplencia continuada del campeón del mundo y la llegada de Aduriz a una titularidad que ya no iba a soltar.

Con el ‘Loco’ en el banquillo y posteriormente con Valverde, Aduriz ha mostrado el mejor nivel de su carrera, marcando goles de todos los colores y convirtiéndose en ídolo de la grada del Nuevo San Mamés. Entre las dianas más destacadas, resaltan por su belleza la media tijera al Eibar la temporada pasada o la volea desde 35 metros en Marsella y, por su importancia, el ‘hat-trick’ al Barcelona en la ida de la Supercopa de España de 2015.
En total, Aduriz ha anotado 237 goles en 658 partidos desde que debutara en el Aurrerá en la 99/00, de los que 112 los ha marcado después de cumplir los 30 años. Entre ellos, destacan los 134 logrados en Primera que le dejan sólo por detrás de Messi y Cristiano en la clasificación de goleadores en activo en la competición. En el Athletic, su actual club, suma 125 que le han valido para ser las dos últimas temporadas el máximo goleador español en Liga y máximo anotador de la pasada Europa League.

Rubén Castro

Cuatro meses después que Aduriz nacía en la Isleta, un barrio de Las Palmas de Gran Canaria, Rubén Castro, otro de los grandes ejemplos de goleadores de explosión tardía. A los 19 años debutaba el pequeño delantero en Primera como uno de los puntales de una gran generación de canteranos de Las Palmas, como Jorge Larena, Guayre o su inseparable Momo.
En su segunda temporada, Rubén adquirió más peso en el equipo y dejó un tanto para el recuerdo en forma de golazo frente a Casillas en el 4-2 al Real Madrid en el viejo Insular. A pesar de sus cinco goles, el equipo grancanario no pudo mantener la categoría. En Segunda, sus 22 goles en la temporada 03/04 le valieron ser el máximo goleador de la categoría y la su particular retorno a Primera, a un Deportivo de la Coruña que ofrecía los últimos recitales por Europa de su generación dorada.

Irureta, Caparrós y Lotina no terminaron de confiar en un delantero al que en su juventud lastraba su apego por la vida nocturna. Su etapa en el Dépor estuvo marcada por las numerosas cesiones. En total, disputó cuatro temporadas en Primera repartidas entre Albacete, Racing, Nástic y el propio Deportivo, con sólo doce goles en total.
La Segunda División le sirvió para reencontrarse con el gol. Primero en el Huesca, después en el Rayo y finalmente en un Betis con el que conseguiría el ascenso en 2011. Especialmente prolífica fue la temporada como verdiblanco, anotando 32 goles sumando Liga y Copa, y compartiendo delantera con Jorge Molina.
De nuevo en Primera, Rubén demostró que había vuelto para quedarse entre los grandes delanteros, llevando el balón a la red 34 veces en sus dos primeras temporadas y 12 en una tercera en la que una lesión favoreció el descenso de un Betis que dependía en exceso de los tantos del grancanario. Dos de ellos fueron en Europa League, en el estreno del delantero en Europa.
El paso por Segunda fue efímero, y le sirvió a Rubén Castro para colocarse como máximo goleador de la historia del Betis, dejando la cifra actual en 133 dianas. Ese año fue también el jugador con más tantos en la categoría de plata, repitiendo Pichichi en Segunda once años después.

El retorno bético a Primera dejó la mejor temporada de Rubén en la máxima categoría, con 19 tantos y a uno solo de Aduriz, el máximo goleador nacional de la pasada temporada. El registro tiene más valor si observamos que suman más de la mitad de goles béticos en esa 15/16. El conjunto heliopolitano consiguió 35 en Liga de los que 19 fueron de su máximo goleador histórico, el 54% del total.
Este año, en el que Rubén ha renovado hasta 2019, ya suma cuatro goles que le colocaron como Pichichi absoluto de la temporada después de la jornada 3. La carrera de Rubén Castro nos ha regalado un montante de 213 dianas en 519 partidos, de los que 83 han sido en la máxima categoría y 104 después de superar la barrera de los 30 años.

Torres, Barral, Charles...

Por detrás de Aduriz y Rubén Castro, en LaLiga Santander sólo hay tres jugadores con, al menos, 32 años. Fernando Torres, David Barral y Charles Dias han tenido carreras muy dispares, aunque todas cuentan con un denominador común: el gol.
El ‘Niño’ Torres empezó muy joven. Con 17 años debutó en Segunda con el Atlético anotando un gol a los tres partidos, en Albacete. El primero de muchos en una carrera con altibajos pero siempre con Fernando respondiendo en los momentos importantes. Las finales de las Eurocopas de 2008 y 2012 tienen su sello, con dos tantos que ayudaron a España a levantar el cetro continental.
De vuelta en su Atlético tras pasar por Liverpool, Chelsea y Milan, Fernando ha sabido adaptarse al rol de veterano que ayuda a los delanteros más jóvenes sin olvidar que sigue siendo una pieza fundamental en los esquemas del Cholo Simeone.

Con 23 años salió de la cantera del Real Madrid David Barral para enrolarse en el Sporting. En el club gijonés se convirtió en un referente, participando de forma activa en el penúltimo ascenso asturiano. Orduspor, Levante y Al-Dahfra han sido sus siguientes paradas hasta acabar en el Granada, club en el que aún no ha conseguido anotar.
Charles es el único extranjero entre estos veteranos, aunque llegó muy joven a España. A los 20 años llegó al Pontevedra para comenzar a sumar goles por toda España y en todas las categorías. Su mejor temporada la realizó en Almería en la 12/13, cuando se proclamó máximo goleador de Segunda con 27 tantos y ayudó al equipo rojiblanco a subir a Primera. Ya en Primera, el brasileño suma 28 tantos sumando los conseguidos para Celta y Málaga.
La Liga 1,2,3 también cuenta con goleadores añejos en sus equipos. Oviedo y Rayo podrían formar una dupla treintañera con Toché y Linares por el lado carbayón y Javi Guerra y Manucho por los vallecanos.
Además, destaca entre los delanteros de más edad Dani Güiza. El jerezano, a sus 36 años, volvió la temporada pasada a España para marcar el gol del ascenso del Cádiz en Alicante. Otros clásicos de la división de plata como Nino o Jorge Molina también siguen definiendo de cara a portería como el primer día.

Ibrahimovic domina en el extranjero

Si ya miramos a los futbolistas en el extranjero, hay un jugador por el que no pasan los años e incluso mejora, como el buen vino. Se trata de Zlatan Ibrahimovic, quien está demostrando esta temporada que la Premier League tampoco se le resiste marcando goles para el Manchester United de Mourinho.

Otros como el díscolo sueco se mantienen en equipos punteros, tales como Tévez en Boca Juniors, Huntelaar en el Schalke 04 o Jonas Gonçalves en el Benfica. Este último fue máximo anotador la temporada pasada en Portugal, llegando incluso a disputar la Bota de Oro antes del sprint final de Luis Suárez.
Algunos jugadores, sin embargo, deciden dar un paso atrás y jugar en equipos de menor nivel como Defoe en el Sunderland, Crouch en el Stoke, Pizarro en el Werder Bremen o Gilardino en el Empoli. También existe la opción de buscar un retiro dorado en alguna liga exótica donde sus goles se sigan premiando con creces. Este es el caso de algunos de los 'killers' de la pasada década como David Villa en el New York City, Drogba en el Montreal Impact, Eto’o en el Antalyaspor o Robin Van Persie, enrolado en las filas del Fenerbahce.
Jugadores todos ellos con una cualidad en común: el gol. El destino final de cada delantero que, tal y como demuestran estos futbolistas, no se pierde por mucho que pasen los años.