Al Barça se le pone color albiceleste
El FC Barcelona y la selección de fútbol en Argentina tienen su principal nexo de unión en Leo Messi. El argentino es el líder claro en ambos conjuntos que, eso sí, han tenido resultados desiguales en los últimos años. O al menos los tenían, ya que el arranque de la temporada 2019/20 ha demostrado que la necesidad de la mejor versión del rosarino es clave en un lado y otro del Atlántico.
La temporada ha arrancado en 'Can Barça' como acabó la anterior, con malas actuaciones como visitante que empañan el dominio claro culé en el Camp Nou. La situación de la estrella culé ha sido clave en este inicio, con una lesión que le ha impedido mostrar aún el fútbol que tiene en sus botas.
El equipo no ha sabido superar esta ausencia a pesar de la llegada de otro referente ofensivo como Antoine Griezmann. Luis Suárez y el galo son dos delanteros de nivel mundial que han dado un bajón de juego con y sin el argentino en el campo.
Los minutos de Leo Messi en Dortmund y Granada no han servido para mejorar la imagen del equipo y las estrellas se ven nubladas por la presencia de Messi. Ese paso atrás de jugadores como los dos delanteros, Ivan Rakitic o incluso Frenkie de Jong recuerdan mucho a lo que sucede en Argentina.
La responsabilidad de Leo Messi de todo lo que suceda en Argentina
En la selección albiceleste, delanteros como Gonzalo Higuaín, Ángel di María, Kun Agüero, Paulo Dybala o Mauro Icardi muestran un bajón considerable a lo que se ve en sus clubes. Del mismo modo, centrocampistas de nivel como Éver Banega también pasan a un segundo plano cuando Messi toma el mando.
En lugar de acompañar la presencia de su estrella, se ven atenazados y se esconden sobre el campo disminuyendo su influencia. Sólo jóvenes descarados como Ansu Fati en el Barcelona o Lautaro Martínez con Argentina son capaces de adaptarse a lo que exige su equipo.
Ninguno de los entrenadores que ha pasado por el combinado sudamericano ha logrado en los últimos años manejar esa presión que hace peores a todos sus jugadores cuando se enfundan la albiceleste. De Ernesto Valverde depende que esto no sea la tónica habitual también en el Barça.