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Es Noticia

Una oración por Messi entre reivindicaciones y decepciones

Griezmann, ante el Athletic.
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Imagen pobre la que ofreció este viernes el FC Barcelona en San Mamés. Los de Valverde firmaron un oscuro inicio de curso ante el Athletic Club, en un duelo en el que perdieron los primeros puntos de la temporada. Una derrota que dejó los primeros destellos: los fichajes necesitan adaptación, algún 'descarte' sigue reclamando oportunidades y lo más patente, este equipo necesita a Leo Messi.

Del partido de Griezmann, poco que resaltar más allá de haber jugado los 90 minutos. Empezó en la banda izquierda y tras la lesión de Luis Suárez, alternó la posición de falso '9' con el carril diestro. No pudo tener un debut más gris. Estuvo desapercibido tanto de cara a gol como en las jugadas asociativas.

Poco reseñable tuvo también Frenkie de Jong. La ausencia de Busquets le privó de tener más libertad en la zona de máquinas, donde se vio sobrepasado por el músculo del Athletic. No fue el debut soñado precisamente.

Por el contrario, la nota positiva de la noche la protagonizó Rafinha. Ante la arrrugada figura de los Luis Suárez, Dembélé, Griezmann y compañía, el brasileño se echó a la espalda la responsabilidad del equipo y revolucionó el partido nada más entrar al terreno de juego. La primera pelota que tocó la estrelló en le larguero. Prácticamente la segunda, ya tras el descanso, volvió a mandarla a la madera. Pide más protagonismo.

Rafinha, ante el Athletic (Foto: FC Barcelona).

El Barcelona espera impaciente a Messi

Mientras tanto, sigue latente un denominador común que comienza a preocupar más de la cuenta: sin Leo Messi no hay paraíso. El FC Barcelona echó de menos sus ideas, su olfato goleador, su magia y su capacidad para dinamitar un encuentro de la nada. Una cita más en la que el Barça pierde el brillo, el desborde y la mordiente sin el argentino.

Bien es cierto que es el primer partido de LaLiga. También que los fichajes necesitan adaptación. Por supuesto que San Mamés no es una plaza fácil. Pero lo cierto es que o los de segunda fila dan un golpe en la mesa o el Barça dejará de ganar. Y sufrirá mucho cuando la figura de Messi vaya oscureciéndose...

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