Conscientes de que la condición de favoritos está al otro lado del grupo, en Inglaterra y Croacia, las selecciones de Escocia y la República Checa arrancan en la Eurocopa a la expectativa y con la idea de superar la primera fase como objetivo común.
Una cita histórica tanto para el conjunto de Steve Clarke como para el de Jaroslav Silhavy. Veinticinco años ha tardado el combinado escocés en llegar a la fase final de un gran torneo, desde la edición de Inglaterra 1996.
Justo entonces, en aquel torneo, los checos lograron su mejor registro en su primera presencia en una Eurocopa como selección independiente. Fue subcampeón. Perdió la final contra Alemania. Más atrás, en 1976, el equipo centroeuropeo, entonces como Checoslovaquia, consiguió el título, el único en su historial.
Lejos de esos registros está Escocia que nunca ha superado la fase de grupos y con el reto de alcanzar los octavos de final se pone en marcha.
Pretende Clarke rentabilizar la calidad y la experiencia de un grupo con jugadores instalados en la Premier con un papel relevante. Se aferra Escocia al talento de Andy Robertson, del Liverpool, Scott McTominay del Manchester United o Kieran Tierney, del Arsenal como principales referentes.
Tiene el seleccionador escocés perfilado su once, con tres centrales Jack Hendry, Grant Hanley, Kieran Tierney y Robertson por la banda izquierda. Mantiene la duda en la derecha de Ryan Fraser, más ofensivo, o Stephen O'Donnel para el que la zona y el puesto es más natural. El jugador del Southampton Che Adams tiene un lugar seguro en ataque donde puede contar con el apoyo de su compañero de equipo Stuart Armstrong si gana la partida a James Forrest.
El hecho de jugar dos de los tres encuentros en Glasgow supone una oportunidad única para el cuadro escocés que ejercerá de local y contará con el apoyo de su público. Ante la República Checa y después con Croacia.
La República Checa pretende no dejar pasar la ocasión de sumar sus tres primeros puntos en el compromiso ante el rival, inicialmente, más asequible del cuarteto.
Emprende el conjunto centroeuropeo la puesta en marcha en la competición con la reputación ganada en ediciones anteriores. Ha sido tradicionalmente un adversario incómodo para cualquiera la República Checa que nunca ha fallado en las fases finales de la Eurocopa desde que se convirtió en nación independiente.
Pretende prolongar el impulso del Slavia Praga, una de las revelaciones en la Liga Europa y que sostienen a la selección. Además, cuenta Silvahy con hombres bien situados en equipos del Viejo Continente como Tomas Soucek, del West Ham, Vladimir Darida, del Hertha Berlín o el delantero Jakub Jankto, del Sampdoria. Esta terna estará en el once inicial debutante en la Eurocopa.
Un doble pivote formado por Tomas Holes y Soucek es el sostén checo con tres jugadores por delante y el atacante del Bayer Leverkusen Patrick Schick con Jankto como principales amenazas para Escocia.
El orden y el posicionamiento defensivo que propicien transiciones rápidas es el argumento del conjunto de Silhay, sin futbolistas referentes ni estrellas como tiempo atrás pero con un bloque definido y sólido.
Escocia: David Marshall; Jack Hendry, Grant Hanley, Kieran Tierney; Ryan Fraser o Stephen O'Donell, Scott McTominay, Callum McGregor, Andy Robertson; John McGinn, Stuart Armstrong o James Forrest; y Ché Adams.
Seleccionador: Steve Clarke
República Checa: Tomas Vaclik; Vladimir Coufal, David Zima, Ondrej Celustka, Jan Boril; Vladimir Darida, Tomas Holes o Alex Kral, Tomas Soucek; Matej Vydra o Lukas Masopust, Patrik Schick y Jakub Jankto.
Seleccionador: Jaroslav Silhavy
Árbitro: Daniel Siebert (ALE)
Estadio: Hampden Park, Glasgow.
Hora: 15.00 horas (13:00 GMT).