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Es Noticia

El Dépor prende la llama del ascenso

El Dépor celebra el segundo gol del partido (Foto: Iris Miquel).
Carlos Rosende

El Deportivo recibía al Mallorca en Riazor dispuesto a tomar la autopista hacia Primera en la gran final del play off de ascenso. Al calor de una afición más implicada que nunca, el conjunto coruñés se exigía empezar la eliminatoria obteniendo un resultado positivo para viajar a Palma en ventaja. Enfrente, un rival compacto, bien armado sin balón y capaz de maximizar sus oportunidades, sobre todo cuando se estira a campo abierto. A la postre, el Dépor respondió como debía: tiró de pegada, logró mantener su portería a cero y el domingo deberá gestionar un 2-0 a favor que lo acerca mucho al objetivo.

José Luis Martí apostó de inicio por Quique González en la plaza de Borja Valle. En el lateral derecho, Eneko Bóveda, titular en La Rosaleda. Sin más novedades en el once blanquiazul, tampoco Vicente Moreno pegó ningún volantazo respecto a sus hombres habituales: Abdón Prats comandó la delantera de un equipo dispuesto en un 4-2-3-1, con el betanceiro Dani Rodríguez en la izquierda, Leo Suárez enganchando y Lago Junior en la banda protegida por Saúl. Superado el minuto 20, los visitantes volverían a su disposición más común: Lago Junior en la izquierda, Dani por dentro y Leo a pie cambiado.

El Mallorca comenzó el encuentro gestionando con criterio la posesión de la pelota. Los baleares acumulaban hombres por dentro y aculaban en su área al conjunto coruñés, un tanto incómodo al no poder encontrar a Edu Expósito, su faro en la medular. Sin embargo, la primera ocasión del encuentro la tendría en su bota derecha Carlos Fernández, quien sobrepasado el minuto 15 dispararía desviado un centro tenso enviado desde el sector derecho del ataque.

Superada la presión inicial de los mallorquines, el Dépor empezó a desplegarse por ambas bandas. Eneko y Fede Cartabia buscaban las costuras defensivas de Estupiñán y tanto Saúl como Pedro Sánchez percutían sobre Sastre. En ese contexto favorable para los coruñeses, los hombres de Vicente Moreno se encomendaron al trabajo defensivo y al balón parado. Sería en un saque esquina botado por Salva Sevilla donde los bermellones disfrutarían de su mejor oportunidad: un testarazo de Raíllo que no encontró portería.

Al paso por el minuto 37 de juego, Fede Cartabia haría saltar por los aires el choque embocando un libre directo desde 25 metros. El argentino le pegó con toda la intención del mundo por encima de la barrera y Manolo Reina, que esperaba el centro, no logró alterar el camino del cuero a la red.

Los futbolistas del Dépor celebran el primer gol (Foto: Iris Miquel).

Solo un par de minutos después, con los equipos tratando de amoldarse a una nueva situación, Pedraza cometió una imprudencia al golpear en la cara a Bergantiños en un balón dividido al que el mediocentro del Mallorca acudió con fuerza desmedida. El capitán se vio obligado a retirarse en camilla en medio de una abundante hemorragia y el pivote acabaría siendo expulsado por Trujillo Suárez, quien en el instante del choque no atisbó infracción.

A la salida de Bergantiños se unió la inoportuna lesión muscular de Somma. Antes de pasar los vestuarios, el Dépor ya había realizado dos cambios: Vicente Gómez y David Simón comparecieron en un encuentro convulso en la recta final del primer tiempo.

El segundo periodo se convirtió en un monólogo de los herculinos. La pelota corría menos de lo deseado y el Mallorca, fortalecido con la entrada de Baba por delante de la defensa, tan solo esperaba que el reloj avanzase y avanzase hasta finiquitar la contienda encajando un 1-0, el mal menor. Carlos Fernández y Pedro Sánchez se asomarían a los últimos metros sin precisión.

Con el impulso de la grada y el agotamiento del oponente, Quique González anotaría el segundo gol en un escorzo acrobático que generó polémica. Sería el asistente del colegiado quien validaría el tanto marcado por el 'pichichi' vallisoletano. Desde entonces hasta el final, pérdidas constantes de tiempo. El Deportivo se encuentra a solo un paso de consumar lo que hace un mes se antojaba una utopía. El ascenso, a un solo golpe de riñón.

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