En el RC Celta de Vigo están realmente sorprendidos con Antiviolencia. La Comisión ha propuesto el cierre durante tres meses de Balaídos y una multa de 350.000 euros al club celeste por unos supuestos hechos ocurridos en el penúltimo partido liguero, ante el Rayo Vallecano.
Según recoger la Agencia EFE de fuentes directas del club, el Celta no tiene "notificación oficial" de esta propuesta y están "sorprendidos" por las supuestas incidencias. El club defiende que ese 18 de mayo había una romería en el exterior del estadio "con miles de personas" y que, pese a que el partido estaba declarado de alto riesgo, "no hubo ningún incidente".
La propuesta de Antiviolencia nace a raíz de "no establecer las necesarias medidas de control de acceso y permanencia de espectadores e impedir que se ocupasen las vías de evacuación de la grada Marcador Bajo, que estuvieron colapsadas por aficionados durante todo el encuentro", según explicó en su escrito.
Además, la Comisión asegura que un empleado del club facilitó "el acceso a numerosos aficionados desde la grada de Río Bajo a la grada de Marcador Bajo" y "el acceso al estadio de un grupo de al menos 36 personas desde un portal de acceso de vehículos hacia la grada de animación". Todo ello, aseguran, "sin ningún tipo de control ni observación de las condiciones de acceso" y sin entradas validadas a través de los tornos.
Según recoge la misma fuente, el Celta presentará alegaciones en caso de recibir la notificación de propuesta sancionadora, que le impediría jugar en su estadio durante tres meses, además de la multa económica.