Old Trafford, Rianxeira y lágrimas que se han convertido en orgullo

Un 11 de mayo de 2017 el Celta de Vigo se quedó a un gol de lograr una de las mayores gestas de su casi centenaria historia. Los pupilos de Eduardo Berizzo se quedaron a un remate de tomar Old Trafford y eliminar al Manchester United para clasificarse para la final de la Europa League. Han pasado ya cuatro años pero en el celtismo las imágenes de Guidetti en el suelo lamentándose de haber fallado el pase de Beauvue están tan frescas como si solo hubiesen pasado unas horas. Nadie se olvida que el Teatro de los Sueños se quedó callado ante un Celta que mereció más empujado por una afición que hizo retumbar los cimientos del vetusto estadio entonando A Rianxeira.

Estuvo cerca, se tocó con la yema de los dedos, pero se quedó en el camino. El Celta regresó de Manchester un 11 de mayo de 2017 entre lágrimas tras quedarse a las puertas de la ansiada final de la Europa League. Aquellos días reinaba la tristeza entre los aficionados. Hoy lo hace el orgullo. Ese que reluce después de comprobar, cuatro años más tarde, como el Celta se codeó con titanes europeos y plantó mucha cara a un gigante como es el Manchester United.

Pogba, Lingard, Valencia, Mkhitaryan, Fellaini, etc. Ninguno de esos nombres empequeñeció a un Celta que estuvo muy cerca de lograr la gesta. Si Guidetti hubiese conectado con aquel balón en el descuento, quizá la historia hubiera sido distinta. Un grupo de chicos de la casa se quedó a las puertas de una final europea. Cuatro años después siguen peleando por repetir ese sueño tras temporadas de sufrimiento el equipo vuelve a creer que de nuevo es posible pasear la celeste por el Viejo Continente.

En el recuerdo quedará una temporada a los mandos de Eduardo Berizzo para enmarcar. Un año histórico, que permitió a miles de celtistas ver a su equipo entre los mejores de Europa. Las lágrimas de Aspas, de Hugo Mallo, de Sergio Álvarez o del Tucu Hernández siguen estando muy recientes, también el orgullo de saber que a un partido todo es posible. El United de Mourinho estuvo a punto de caer y el celtismo estuvo ahí para soñarlo con los suyos.