A la espera de Aspas, Escribá tiene claro su dibujo
Sólo ha pasado un entrenamiento y la cordura parece haber vuelto al Celta. Fran Escribá no necesitó apenas tiempo para decidir, hasta el regreso de Aspas, el sistema de juego con el que comenzará su andadura en Vigo. El valenciano, amante del 4-4-2, sabe que la ausencia de delanteros en la plantilla le impedirá jugar así por lo que en sus primeras decisiones como técnico celeste ha apostado por el clásico 4-5-1.
El entrenador quiso ver la valía de sus nuevos jugadores en un partido a campo reducido donde quedaron claras bastantes cosas. En defensa se abandona la línea de cinco para volver a la tradicional zaga con dos centrales y dos laterales.
En el primer equipo Escribá alineó a Hugo Mallo, Cabral, Costas y Olaza, mientras que en el otro estaban Carreira, Araujo, Hoedt y Juncà. El juvenil suplió la ausencia de Kevin, lesionado.
También quedó bastante claro que para Escribá hay cuatro mediocentros en la plantilla. Ambos equipos jugaron con un doble pivote por delante de la defensa, por un lado estaba la pareja formada por Lobotka y Jensen, enfrente se situaron Okay y Beltrán.
Escribá también apostó por una línea de tres mediapuntas, en el supuesto equipo titular Boudebouz ocupaba la banda derecha, Brais Méndez la mediapunta y Pione Sisto el extremo izquierdo. En el otro conjunto alineó a Hjulsager, Jozabed y Boufal. Emre Mor estuvo menos tiempo al sentir molestias en su espalda.
En punta estuvieron Maxi Gómez, en el teórico equipo con más jugadores con vitola de titular y Emmanuel Apeh en el que había más futbolistas suplentes. Radoja tuvo también oportunidad de jugar algunos minutos pero su situación no ha cambiado, el serbio sigue sin poder ser alineado por decisión de la directiva.