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El triunfo refuerza un estilo y marca el camino a los nuevos

Entrenamiento del Cádiz de este martes.
Nacho Limón

El Cádiz ha vuelto a los entrenamientos tras la victoria frente al Córdoba en el estreno liguero, y después de acumular dos días de descanso antes de comenzar a preparar el partido de este domingo frente al Alcorcón. Tras la breve charla inicial de Cervera con los integrantes del plantel, los lesionados se retiraron a efectuar trabajo específico de recuperación.

A Sankaré, Rubén Cruz y Perea, se unen José Mari y David Barral. El centrocampista roteño forzaba en Córdoba, y se veía obligado a abandonar el choque a la media hora de juego. Su participación el domingo frente a la AD Alcorcón es dudosa.
Más complicada resulta la opción de delantero isleño. En condiciones normales, su lesión en el tobillo le tendría apartado entre dos y tres semanas. Para jugar, debería de infiltrarse. Y siendo la segunda jornada de liga, supondría un riesgo e innecesario.
Aguardan su oportunidad, Dani Romera como clara alternativa en la referencia ofensiva. Y Abdullah y Alex Fernández en el pivote para acampañar a Garrido. Por su parte, Nico Hidalgo se ha incorporado al grupo, y ha completado el trabajo dispuesto.
El ambiente tras el triunfo y la imagen ofrecida en el Nuevo Arcángel refuerza el ánimo en el trabajo diario. Y ha supuesto una demostración a las nuevas incorporaciones del estilo a defender. Todos se sienten importantes y con opciones de entrar en los planes del técnico.

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