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Un Santo que nunca deja a los suyos desamparados

Oblak, ante Luis Suárez, en la Supercopa de España.

El Atlético de Madrid se medía este jueves al FC Barcelona en las semifinales de la Supercopa de España. Un choque en el que volvería a ser vital el guardameta rojiblanco Jan Oblak.

¿Qué sería de este Atlético sin Oblak? Una pregunta que muchos colchoneros se hacen y que muy pocos esperan que termine ocurriendo. Hablar del portero rojiblanco es de hablar de media alma del grupo de Simeone. Un grupo que sabe sufrir, y de qué manera, y que necesita de su 'muro' en partidos como el de este jueves.

Oblak, en el Metropolitano (Foto: Atlético de Madrid).

Un duelo en el que el rival te asfixia, te ahoga y te arrincona hasta dejarte prácticamente tirado en la lona. Algo que le ocurriría a prácticamente cualquier equipo de Europa cuando se enfrenta a este Barça inspirado. A casi todos menos a este Atlético de Madrid.

Porque este Atleti tiene a Oblak y Oblak tiene a este Atleti. Un binomio perfecto que disfrutan cada dos semanas en el Wanda Metropolitano y el cuál es brutal.

En la primera mitad, el meta esloveno mostraba su cara más seria ante un Barcelona que tendría múltiples ocasiones claras de gol en las botas de Arturo Vidal, Leo Messi y Antoine Griezmann. Ocasiones que se esfumaron por sendas estiradas de Jan.

En la segunda mitad el argentino Leo Messi se encargó de fastidiarle la noche al bueno de Oblak. El argentino, con un latigazo, hizo que el atlético tuviese que recoger por primera vez el balón de la red. Misma acción que tendría que hacer más adelante tras un cabezazo de Antoine Griezmann tras una genial parada al uruguayo Luis Suárez. Un gol ante el que más no pudo hacer Oblak.

El Atlético terminaría ganando con agonía un choque del que muchos destacaran a Correa o Morata por sus goles, pero el que realmente mantuvo en todo momento vivo a su equipo fue él. Media final tiene el apellido de Oblak.

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