La afición del Atlético de Madrid llora: la M-30 ya atraviesa el Vicente Calderón
Hay imágenes que encogen el alma. La última instantánea del Vicente Calderón es una de ellas. El viejo estadio del Atlético de Madrid sigue su proceso de derrumbe dos años y medio después de que el equipo rojiblanco jugara allí su último partido ante el Athletic. Un partido en el que, por cierto, Fernando Torres anotó un doblete y Ángel Correa el último gol colchonero en el viejo estadio.
El último paso de la demolición del Vicente Calderón ha sido desviar la M-30, la carretera que pasa por debajo de la tribuna principal, por lo que anteriormente era el césped del estadio. Un desvío que ha dejado una imagen trágica para numerosos aficionados del Atlético de Madrid, que ahora pueden atravesar en coche lo que antes era césped.
Pues sí, acabamos de atravesar por dentro en el taxi el Vicente Calderón. Uno siente una sensación extraña 🤷♂️ pic.twitter.com/lQkDsMjmBO
— Julio Maldonado (@MundoMaldini) November 10, 2019
Por donde antes corría la pelota, ahora hay coches sobre asfalto. La banda por la que tantas veces corrieron Luis Aragonés, Fernando Torres o Filipe Luis en última instancia ya sólo tiene montones de arena. Los vestuarios están derrumbados y donde hasta hace dos años y medios se sentaba Simeone, ahora hay una excavadora.
Los últimos pasos del Vicente Calderón
Este desvío de la M-30 corresponde al último paso para echar abajo el viejo recinto colchonero. Las gradas de Fondo Norte, Fondo Sur y Lateral ya son historia y se han reducidas a escombros, mientras que la grada de Preferencia aún sigue en pie casi en su totalidad.
El problema de la demolición de esta última era precisamente que la M-30 pasaba por debajo de la grada. Así pues, este desvío por lo que era el centro del campo permitirá echarla abajo sin cortar el tráfico de una de las principales arterias de Madrid.
La grada de Preferencia, que a su vez fue la última en levantarse en el antiguo Estadio del Manzanares, será también la última en caer. Las primeras filas ya son historia, al igual que los vestuarios, la sala de prensa y los vomitorios a los que se accedía desde el túnel. Ahora queda lo más complicado: tirar la cubierta y el primer y segundo anfiteatro, situados a su vez junto al río.