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Mi primera vez en San Mamés: Atento al despiste del boina de la entrada

Javier García Galindo con su hijo en San Mamés.
Javier García Galindo

Tengo recuerdos vagos de mi primera vez en San Mamés viendo al Athletic Club. Mi aita y ama, me hicieron socio en diciembre de 1981, en aquellos tiempos enfangados en obras por el Mundial del año 1982. No era mi primera vez, pero sí como socio, cuando tuve que sentarme en el frío cemento de mi localidad, a la que aún le faltaban los asientos. No fue mi debut, ya os digo, pero sí tengo algunos recuerdos anteriores para compartir.

Mi tío Goyo, junto con su amigo Patato y Artola, me llevaba a la Preferencia lateral de pie en aquellos años, y me sentaba en aquel “ático” de piedra, donde nos agolpaban a ni sé cuántos niños. Es un espacio que recuerdo como la superficie más habitada del mundo por metro cuadrado. Eso era allá por el año 1978, ganando al Real Madrid en un San Mamés repleto, como no podía ser de otra forma. (2-0 o 3-0 me viene a la memoria, a tanto no llego).

Ya enamorado de San Mamés, antes de tener la fortuna de que mis padres me hicieran socio, pasé por vender aquellas famosas banderitas rojiblancas con su alfiler para poder comprarme alguna vez una entrada de niño, 25 pelas ni más ni menos. Alguna vez me regalaban alguna entrada, y eso era la hostia. Y también con el partido ya empezado, me recuerdo apostado a la puerta de la esquina de Urquijo con Briñas, esperando un despiste del boina roja (que no txapelgorri como ahora) y aprovechar para echar a correr para adentro, con buena fortuna en bastantes ocasiones.

Ya siendo socio, a partir de enero de 1982, acudía puntualmente a todos y cada uno de los partidos, y tenía la buena costumbre de echar un vistazo a la Tribuna Este, a mi izquierda, donde mi compañero de clase y amigo Juan Garay, tenía su localidad para poder enviarnos un saludo, a pesar de que nos veíamos a diario en clase.

Luego hasta he podido pisar San Mamés como juez de línea, en aquellos entrenamientos que Jupp Heynckes organizaba con partidos amistosos contra equipos vizcaínos vinculados. Casi sin público, pero pisar San Mamés y con el Athletic en el campo, ha sido para no olvidar. He sufrido, he llorado, me he emocionado, no he dormido, pero cuánto me ha dado el Athletic.

Eskerrik asko, Athletic. Beti zurekin!

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