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Ruslan Malinovskyi: el cañón de Zhytomyr

Malinovskyi, en un partido con el Atalanta (Foto: EFE).
No sólo es ganar, sino cómo se gana.

La Europa del Este también ha sido cuna de grandes futbolistas y de talento, muchas veces poco explorada y valorada. El frío no impide que el balón conecte con las habilidades balompédicas de niños que sueñan con el calor de grandes tardes de verano jugando una Eurocopa o un Mundial. Donetsk, históricamente la capital oficiosa de Ucrania, significa el origen futbolístico del protagonista de nuestro texto. Surge en una de las canteras más prolíferas del país: la del Shakhtar. Hoy, en ElDesmarque, analizamos a Ruslan Malinovskyi.

Pese a salir de su fútbol formativo, nunca llegó a debutar con el primer equipo del Shakhtar, que primero lo cedió al Sevastopol, luego al Zorya Luhansk (donde se destapó como un llegador) y más tarde al Genk. Dos años en Bélgica, donde llegó a ser capitán y donde sus números hablan por sí solos: 30 goles y 32 asistencias en 135 partidos. El verano de 2019 significó otro salto en su carrera al aterrizar en Bérgamo para fichar por La Dea, que además debutaba en la Champions League.

Ruslan Malinovskyi (Zhytomyr, 4 de mayo de 1993) es un centrocampista zurdo que juega actualmente en la Atalanta. Destaca, sobre todo, por el golpeo de balón. El internacional ucraniano tiene un cañón en su pie izquierdo, con el que es capaz de hacer goles impresionantes tanto de media distancia como de tiro libre. Pero no sólo eso. También lo utiliza para realizar cambios de orientación, pases al espacio y centros al área. Es un privilegiado en ese campo.

Malinovskyi celebra un gol con Ucrania ante Italia (Foto: EFE).

Además, Malinovskyi, pese a no ser demasiado alto (1,81 m), aprovecha su potente tren inferior para proteger la posesión y crear ventajas a partir de conducciones técnicas y fuertes. Es un centrocampista con criterio a la hora de mover y pasar el balón, con una elección bastante alta de buenas decisiones.

Un llegador nato

En cuanto a la posición, su colocación ideal en el campo es la de interior, siempre escoltado por un pivote, o como mediocentro con libertad. Ruslan necesita espacio para romper, conducir y llegar al área rival. Su aparición desde atrás para golpear el esférico es una de sus jugadas más repetidas y con mejores resultados para su equipo. Aunque todas estas características no le privan de ser un jugador con carácter (algo no habitual por su procedencia) y que se pone el mono de trabajo cuando el partido lo requiere, lo que lo convierte en un jugador muy completo.

Era cuestión de tiempo que dejara el Genk y la liga belga para dar ese paso adelante que su carrera pedía a gritos, y la Atalanta fue el club más rápido y eficiente para hacerse con sus servicios. Ahora, en Bérgamo, el ucraniano suma tres goles y una asistencia en 995 minutos y cada vez está disfrutando de más protagonismo.

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