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De la rana 'bética' a Kolectivo sur: en la Selva Negra también hay fútbol

Una rana 'bética' en Gengenbach, Alemania.
Periodista especializado en Sevilla FC y Betis.

Encantadora. Mágica. Y futbolera. De Baden-Baden a Friburgo. Lo que compraste como un viaje de senderismo y visitas culturales, casi sin esperarlo, se convierte en una visita a pequeños rincones alrededor del balón. La Selva Negra (Alemania) también cree en el balompié.

En ElDesmarque descubrimos pequeños detalles y rincones en los que el fútbol brilla dentro de un entorno diferente.

Nuestra visita, evidente, se basó en el plan inicial: probar buena comida, consumir buena cerveza y conocer lugares inolvidables. Pero el fútbol siempre aparece, siempre se planta ante los ojos del curioso. Sin visitar grandes estadios ni gradas, sin visitas guiadas al museo de cualquier equipo histórico de la Bundesliga, la Selva Negra deja detalles y rincones especiales.

Bastó con llegar a Gengenbach -nuestra segunda parada- para pensar en sacar la cámara y fotografiar todo aquello que realimentase a nuestra pasión.

Bar instalado en Gengenbach con numerosas banderas futbolísticas.

En una pequeña ciudad de 11.000 habitantes, en pleno parón internacional y con un lugar volcado en otros deportes, en pleno centro histórico aparecían carteles de la conocida cadena Sky. Asomarse a su puerta era llegar a un museo futbolístico: desde Alemania a Portugal, el fútbol europeo se posaba en aquél pequeño bar con tiradores de cerveza comerciales y un televisor para presenciar los partidos más apasionantes de la jornada.

Gengenbach, punto habitual de encuentro entre Baden-Baden y Friburgo -lugar con un histórico club y recientemente rival del Sevilla FC en la Europa League- nos dejaría dos increíbles sorpresas: el fútbol español, de mayor o menor manera, se colaba en sus calles.

En pleno centro, con una plaza llena de viandantes tomando café y un buen helado, nuestro descanso se topó con una seña de identidad andaluza: Kolectivo Sur, o al menos uno de sus aficionados, había puesto su nombre en Alemania. Un viaje que dejaba huella. No sería la última.

'Pegata' de Kolectivo Sur en Gengenbach.

Nuestra vuelta al apartamento elegido para la primera noche dejaría un detalle más en aquel precioso pueblo: una rana 'bética'. Tras la Rana Gustavo y sus colores verdiblancos, nuestro pase por una tienda de souvenirs llevaría a nuestros ojos a una pequeña rana decorativa con los colores del equipo de Setién. El empleado, con una leve sonrisa, afirmaba que tal y como sucedía con su 'compañera' que se fijaba en el Celtic, la simpática rana que sostenía una pelota tenía cierto toque bético.

Rana 'bética' en una tienda en Gengenbach.

Triberg: entre frío y nieve, pasión por el gol

Nuestro primer descanso se desplazaría a las afueras de Triberg (4.700 habitantes). En un pueblo en el que corríamos a las 20.00 horas para comprar alimentos en supermercados que quedaban desiertos alrededor de las 18.00h y la fría nieve se agolpaba en la puerta del apartamento, el fútbol cobraba vida.

Pequeño estadio de entrenamiento en Triberg.

Entre montañas y casas aparecían focos alumbrando a un pequeño grupo de chicos que no sobrepasabarían los 13 años. Con el balón como centro de entretenimiento 'se calentaban' no más de 15 chicos en un pueblo en el que te recibía con nieve amontonada e imágenes de conocidos deportistas participantes en JJOO de invierno.

'Pegata' del Werder Bremen en las Cascadas del río Gutah

Antes, en plena Cascada del río Gutach-un lugar imperdible-, se colaban reseñas de aficionados, por ejemplo, del Werder Bremen. Nadie escapa al fútbol.

Titisee, su lago y la llegada a Friburgo

Abandonar Triberg obligaría al visitante a desplazarse hasta Titisee, el lago que no deja indiferente a nadie. Con 20 metros de profundidad y cubriendo una superficie superior al kilómetro cuadrado, se ha convertido, año a año, en un lugar turístico y de senderismo, lugar idóneo para dejar el sello de tu equipo.

Imagen del lago de Titisee.

Cada metro avanzado requería una pequeña parada para conocer pegatinas, sellos y mensajes -habitualmente de grupos ultras- con diferentes escudos.

Entre árboles, ardillas y patos, dos porterías se colaban en la imagen. Escondidas entre un pequeño arroyo y numerosas ramas, aparecía un mini campo de fútbol con porterías para rodar el balón. Ni el espectacular lago podía borrar al balompié.

'Pegatas' alrededor del Lago Titisee.

Semejante situación se pintaba en Friburgo. Su equipo, actualmente en la zona media de la Bundesliga, reúne cada fin de semana a numerosos aficionados rivales e incluso no hace mucho se paseó por Europa, llegándose a enfrentar al Sevilla.

Catedral de Friburgo con numerosas reseñas futbolísticas.

Nuestro paseo nocturno nos llevó hasta la Catedral de la ciudad, dejando una última imagen de buena muestra futbolística: más allá de la gastronomía, el buen ambiente y los espectaculares paisajes, el fútbol también se cuela en la Selva Negra.

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