Rubén García alarga la agonía del Sevilla Atlético
El Sevilla Atlético sigue sin levantar cabeza. Una derrota, otra más, para dar un paso hacia la Segunda B tras perder en la Ciudad Deportiva ante un Sporting que regresa a posiciones de la promoción de ascenso. Un partido donde los asturianos rindieron homenaje a Enrique Castro Quini, leyenda del club gijonés fallecido esta semana.
El tanto de Rubén García al filo de la media hora fue suficiente ante un filial sevillista incapaz de poner fin a una serie de derrotas consecutivas que este domingo ha ascendido hasta las ocho. El Sporting salió al campo con el doble propósito de instalarse en zona de promoción y de dedicarle la victoria a Quini, frente a un cuadro local que remodelaba su defensa, lo que no impedía que a los cinco minutos ya se hubiesen registrado dos peligrosas llegadas de Carmona y Nano Mesa. El guardameta camerunés Fabrice Ondoa tenía que emplearse para atajar sendos disparos de los atacantes del Sporting, que lo volvían a intentarlo en el minuto 18 con un centro peligroso de Canella que también resolvía el africano. El lógico gol visitante llegaba superada la media hora, cuando Calavera incurría sin oposición por el costado diestro y asistía con un centro raso a Rubén García, quien marcaba con un fuerte zurdazo desde cerca. La desventaja abundaba en el estado de nervios del colista, que perdía a su entrenador, Luis García Tevenet, expulsado por una protesta fuera de tono. El filial se lanzaba en pos de la igualada sin más recursos que el balón parado, que trataba de explotar Curro con una buena falta desde la frontal que paraba Mariño.
Poca reacción
El segundo tiempo, jugado bajo una intensa lluvia, estuvo determinado por la pesadez de un terreno de juego que facilitó la tarea defensiva de los asturianos que, hasta los instantes finales, sólo sufrieron con un cabezazo de Cristian que se marchó desviado por poco, al cabo de una sucesión de saques de esquina.
Cuando el ataque sevillista ya era un asedio, en los diez minutos finales, el jugador del filial más activo, Curro, ensayó un disparo desde fuera del área que obligó a Mariño a volar para sacarlo de la escuadra: una parada magnífica y tan decisiva para el triunfo sportinguista como el único gol del encuentro.
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