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El CD Ebro ata la permanencia

ElDesmarque

Si el Ebro cotizase en bolsa, probablemente no estaría en el IBEX-35, pero a buen seguro que los inversores apostarían por un valor seguro, fiable, que pocas veces defrauda y que genera unos ricos intereses. Ésta es, a día de hoy, la impecable imagen que proyecta el Ebro semana tras semana, y de la que volvió a dar una nueva muestra el domingo. En un partido que se preveía muy competido, ya que ambos comparecían al mismo igualados a casi todo en la clasificación, con idéntica puntuación y, por si fuera poco, en la primera vuelta se dio un empate sin goles. Sin embargo, el cuadro arlequinado no dio el menor resquicio a la emoción, decantando la contienda claramente a su favor tras una impecable primera mitad.

Aunque el primer susto lo protagonizaron los vizcaínos, antes incluso de llegar a los sesenta segundos iniciales. Santamaría obligó a Montoya a demostrar desde el inicio que estaba con los reflejos adecuados y a punto. Esta temprana ocasión pareció encender los ánimos de los equipos, que protagonizaron un primer cuarto de hora muy agradable para el respetable, con el balón yendo de forma presurosa de un campo a otro. El Ebro devolvió la ocasión al Gernika con un fuerte tiro de Reche, que con el efecto hacia fuera de portería, hizo que se alejara por poco de la misma. Santamaría seguía siendo el delantero que creaba más dolor de cabeza a los defensores locales. En una de ellas, Montoya estuvo atento para cazar el balón, a pesar que se había quedado en tierra de nadie.
 Los de casa ya habían visto en este tramo inicial, que la banda derecha de su ataque podía ser una vía de generación de peligro, ya que Kevin Lacruz se mostraba muy superior a su par. Tras superarlo en una primera oportunidad por velocidad, en la segunda fue la manera en la que llegó el gol. Fue una jugada que inició Moustapha con uno de sus enésimos robos en mitad de campo, se la cedió a Kevin Lacruz, para que éste desbordase a Gorka con un autopase, se fuera en velocidad y pusiera un centro impecable, respondido de manera no menos excepcional por un cabezazo certero de Edu García. El tanto desató a los de Larraz, que vivieron unos minutos de plenitud de juego, tocando mucho y bien, y desatando los aplausos de una grada que veía con admiración el trabajo de sus futbolistas. El propio Kevin Lacruz marcar antes, en un lanzamiento desde dentro del área tras cesión de Edu García, pero su tiro salió centrado, permitiendo a Altamira despejar con los puños. 
El huracán seguía desatado, y de nuevo el meta vasco tuvo que evitar desastres mayores, sacando con la mano un centro del capitán Gil, que llevaba la peor de las intenciones. La imagen mostrada merecía algo más que irse a vestuarios con un gol de diferencia, y esta vez la justicia hizo honor a su nombre, permitiendo que el 2-0 fuera el resultado parcial. Ese gol nació de un balón en largo de Sergio Martínez, que Gabarre peleó con su garra de siempre ante dos defensores, la lucha del delantero permitió que el esférico quedara suelto dentro del área y, allí, Kevin Lacruz viniendo desde atrás, la cruzó al palo izquierdo de la portería de Altamira.
Con tan jugosa renta, el Ebro manejó el resto de partido a su total antojo. Las llegadas a puerta vasca quizá ya no fueron tan cuantiosas como en la primera mitad, pero nunca dio la sensación que el Gernika fuera a dar la vuelta al choque. Las contras peligrosas fueron las protagonistas del peligro local. Ahí se pudo ver a un Adán Pérez que protagonizó varias opciones de peligro, aunque el delantero no tuvo una mañana afortunada, demostrando que aún le falta esa chispa de quien ha estado varios meses en el dique seco. El tercer gol se mascaba y parece difícil creer que no acabase llegando, ya que ante un rival entregado y que se la jugó al final con defensa de tres, los espacios se multiplicaron para aprovechar la velocidad de los puntas, pero entre errores y la falta de puntería las acciones se fueron al limbo. Draman, en los pocos minutos que disputó, estuvo cerca de seguir con su acierto ante el gol de los últimos partidos, pero su remate de testa, tras un centro desde la banda izquierda de Sergio Martínez, se estrelló en el larguero en el último suspiro.

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