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El joven árbitro agredido en Córdoba: "Pasé bastante miedo"

El chaval dio las explicaciones de los sucedido.
ElDesmarque / EFE

El joven colegiado de 15 años Guillermo Ávila Campos, que ayer fue agredido en el partido de cuarta provincial alevín disputado entre el Salvador Allende y el Calahorra CF, ha manifestado hoy que pasó "bastante miedo", para acto seguido afirmar que seguirá arbitrando pese a la agresión sufrida.

"Era uno de mis primeros partidos y que te pase esto tan pronto es duro. Mis padres me apoyan aunque les da miedo esta profesión, pero a mí me gusta mucho porque es un mundo muy bonito. Voy a seguir, seguro", ha manifestado Ávila a los periodistas tras pasar un reconocimiento médico en la Clínica del Deporte de la Federación Andaluza de Fútbol.   En el mismo se le observó un fuerte golpe en la mandíbula, por el que ha desvelado que no pudo dormir bien porque tuvo "los oídos taponados" toda la noche con "fuertes dolores".   "Me hicieron una radiografía, pero no tengo rota la mandíbula. Tengo el nervio inflamado y un tirón en el cuello por el movimiento al darme el puñetazo, además de un taponamiento en el oído, por el que ahora no oigo bien", ha explicado Ávila.   El joven árbitro ha relatado que cuando fue agredido los chavales "se quedaron quietos, asustados, aunque algunos dijeran que no le hiciera caso".   "Me dio pena por ellos y por eso continué arbitrando por lo niños", ha desvelado Ávila, después de que viera que los padres "se abalanzaron sobre los directivos del Calahorra y porque se llevaron a ese hombre a una parte del campo donde ya no tenía acceso a poder hacer nada".   Guillermo Ávila ha aclarado que su agresor no es finalmente la persona que aparece en el acta, sino que fue un directivo del Calahorra que ofició de técnico con la ficha federativa de otro preparador del club que habitualmente entrena al equipo infantil del mismo.   Asimismo, Ávila ha desvelado que las amenazas del directivo-entrenador comenzaron antes del inicio del partido, por lo que "ya pensaba que así no iba a acabar el partido y que daría problemas y por eso acabó expulsado".   "Yo no lo conocía de nada, porque ni siquiera le había pitado a ese equipo. No tengo ni idea de por qué actuó así", ha aseverado el colegiado.   Ávila ha relatado que fue "en el minuto 23 de la primera parte, cuando tras un choque normal entre dos jugadores, empezó a dirigirse en términos ofensivos e insultando".   "Al ser expulsado me dio un puñetazo en la cara. Me dijo que me iba a matar y a reventarme la boca y luego, el delegado me dijo que me iban a tirar al río como al del Deportivo", ha explicado el árbitro en referencia al hincha del Deportivo de La Coruña fallecido hace dos semanas en Madrid.   "Todo esto me parece una barbaridad y lo que pretendemos es que se erradique toda la violencia, de cualquier tipo: directivos, jugadores y padres", ha añadido un Ávila cuyo deseo es que "todo el mundo deje disfrutar a los árbitros y a los chicos", para recordar que "los que jugaban eran chavales de 10 u 11 once años y a esa edad lo que se quiere es disfrutar, no acabar llorando".

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