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Jordi Ribera, veinticuatro horas al día pensando en balonmano

Javier Villanueva,Estocolmo, 25 ene (EFE).- Tímido, alérgico al ruido mediático y con la cabeza puesta siempre en el balonmano, el técnico Jordi Ribera es una pieza imprescindible para explicar el éxito de los "Hispanos", que este domingo (16:30) pelearán por revalidar el título continental que conquistaron hace dos años en Zagreb, algo que sólo ha logrado Suecia campeona en años 1998, 2000 y 2002.,"Es una persona que las veinticuatro horas del día está pensando en balonmano. A él lo que le gust

Javier Villanueva

Estocolmo, 25 ene .- Tímido, alérgico al ruido mediático y con la cabeza puesta siempre en el balonmano, el técnico Jordi Ribera es una pieza imprescindible para explicar el éxito de los "Hispanos", que este domingo (16:30) pelearán por revalidar el título continental que conquistaron hace dos años en Zagreb, algo que sólo ha logrado Suecia campeona en años 1998, 2000 y 2002.

"Es una persona que las veinticuatro horas del día está pensando en balonmano. A él lo que le gusta es estar en la pista, trabajando, entrenando y todo lo que se aleja de ahí, creo que le gusta más bien poco", señaló el central Dani Sarmiento, uno de los jugadores que más conoce al técnico.

Y es que Jordi Ribera vive por y para el balonmano. Tan sólo hay que acercarse un día cualquiera al despacho que tiene en la sede de la Federación para comprobar el grado de minuciosidad con el que está atento a cuanto ocurre en este deporte.

Desde el juvenil que despunta en cualquier lugar de la geografía española, a los nombres consagrados, nadie, ni nada escapa a su análisis, como confirman las gruesas carpetas y los cientos de documentos que guarda en su ordenador.

"Es un entrenador muy metódico, le gusta estudiar mucho a los rivales. Analiza todo mucho. Preparamos tan al detalle cada uno de los partidos, que al final sabes lo que tienes que hacer en cada momento del encuentro", desveló Sarmiento en declaraciones a la Agencia EFE.

Un intenso trabajo, al que añadir un constante ir y venir cada fin de semana por todas las pistas, y no sólo de España, para ver en directo a los jugadores, hablar con los técnicos y conocer la evolución de los que configuran en este momento y en un futuro las filas de los "Hispanos"

Fórmula de trabajo que ya implantó en Brasil, donde ejerció antes de hacerse cargo de la selección española, en dos períodos, de 2005 a 2008 y de 2012 a 2016, como entrenador el equipo nacional.

Un país que recorrió de punta a punta para encontrar jugadores con los que Jordi Ribera no sólo construyó un equipo tremendamente competitivo, como se pudo comprobar el pasado año en el Mundial de Alemania y Dinamarca, sino que levanto de la nada una estructura, que ha convertido a Brasil en la referencia del balonmano americano.

Y todo ellos sin apartarse ni un milímetro de su tono siempre pausado, comedido, un punto tímido, con el que se comporta tanto dentro como fuera de la pista.

"No lo verás nunca dando gritos en el banquillo, ni muy exaltado. Siempre intenta mantenerse lo suficientemente frío para analizar todo lo que pasa en el partido", explicó Sarmiento con el que coincidió además de en la selección española en las filas del Ademar de León.

Una seriedad, que hace pensar a muchos en una persona distante, algo que se aleja totalmente de la realidad como recalca Dani Sarmiento.

"Al principio puede parecer más distante, pero nada que ver. Es una persona cercana, que se preocupa por los jugadores, por la convivencia de equipo. Siempre tiene un trato correcto con todo el mundo, aunque, eso sí, rehuye de todo lo que es un poco mediático", señaló el central español.

Algo que también parece estar cambiando, pese a su timidez, en los últimos tiempos, como demuestra su trato cada vez más abierto con los medios de comunicación en este Europeo.

Pero es que Jordi Ribera no quiere ningún protagonismo, algo que cree que corresponde enteramente a los jugadores, pese a su importancia tanto en el título continental conquistado hace dos años en Zagreb como en la clasificación para la final del Europeo de Suecia, Austria y Noruega que se disputará este domingo.

"No quiero darle excesivo valor al trabajo nuestro - en referencia a él y al resto del cuerpo técnico de la selección-. Nosotros hemos aportado nuestra parte, pero lo más importante es que tenemos un grupo de jugadores que quieren y ese querer se traslada a la pista. Esa es nuestra fuerza", señaló Jordi Ribera en declaraciones a la Agencia EFE.

Para el seleccionador español lo más importante es el equipo, un grupo con el que, como reconoce, disfruta tanto dentro como fuera de la pista.

"Para mi es un placer trabajar con este grupo. Lo he dicho tanro en los momentos difíciles como en los momentos buenos. Es un grupo extraordinario. La gente cuando llega aquí se transforma y da lo mejor de ellos, si no hubiera sido así, llegar hasta aquí hubiera sido imposible", añadió el seleccionador español.

Un Jordi Ribera que si mañana logra conducir a España a sus segundo título continental, lo celebrará como siempre, comedido, de forma pausada y, cómo no, pensando ya en el próximo objetivo, en el trabajo del día siguiente.

Y es que como aseguró el día de su presentación como nuevo seleccionador en otoño de 2016. "Yo no prometo títulos, lo que prometo es trabajar veinticuatro horas al día para poder hacerlo lo mejor posible".

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