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Las putas matemáticas

Si sabes menos matemáticas eres más tonto. O, en forma de axioma: tu capacidad de razonamiento lógico es directamente proporcional al tiempo que hayas dedicado a cultivarlo. ¿Y cómo lo cultivamos? Con muchas cosas, pero en la edad escolar, principalmente, con las matemáticas. Y con otras disciplinas, sí, pero las matemáticas están en la raíz de casi todas ellas: Música, Arte, Arquitectura

En ausencia de pensamiento lógico imperan las emociones. Imaginaos la vida convertida en un Twitter o un Instagram. Todo fluyendo a golpe de impulso y de empatía emocional (de esto también andamos escasos), de filias y de fobias. “¡Jo, tío, te doy Like si me das Sub!”. Nos quedamos tontos perdidos sin matemáticas y eso interesa a mucha, mucha, mucha gente. Diría que interesa a “infinitas personas”, pero vamos a ser rigurosos.

Pues eso es exactamente lo que acaban de proponer desde el Ministerio de Educación: reformar el Bachillerato permitiendo que las Matemáticas no sean obligatorias en el Bachillerato de Ciencias y Tecnología ni las Matemáticas Aplicadas en el de Ciencias Sociales.

Las matemáticas vertebran el mundo que se mueve, el que crece, el que tiene un principio y un final. El mundo de los objetivos y de la evolución necesita a las matemáticas para SER y ESTAR en lugar de PARECER. Estoy en un punto X y quiero llegar al punto Y. No necesito que parezca que me muevo. ¡Necesito moverme hacia un objetivo! Porque sin objetivos y llenos de emociones hasta los topes somos carne de psiquiátrico en muy poco tiempo.

Las matemáticas son amplias, diversas, feas en ocasiones —aunque creo que esto solo ocurre cuando el que explica es un zoquete—, pero siempre útiles. No se trata de ser un experto en cálculo diferencial, sino de manejar con soltura las reglas que definen nuestro mundo y nos ayudan a tomar decisiones.

Se trata de ver un gráfico y saber si lo están exagerando, de leer un titular y entender si existe tras él algún tipo de sustento lógico; construir un discurso para debatir tiene mucho de matemática. Sin matemáticas acabas siendo uno más del “y tú más” y, en consecuencia, uno menos para mirar las cosas desde una perspectiva crítica distinta.

Sin las putas matemáticas eres un gordinflón de esos que salen en Wall-E montados en una nave espacial viendo películas en bucle, bebiendo batido y zampando palomitas. Sin las putas matemáticas eres un muñeco de trapo que se deja meter la mano por el culo para que alguien le mueva la boca. Sin las putas matemáticas apenas podrás sobrevivir en los próximos 25 años. ¡Necesitamos a las putas matemáticas para construir!

En un mundo donde van a despedir hasta al apuntador para sustituirlo por máquinas guiadas por Inteligencia Artificial (esto es, más matemáticas, en forma de rectas de mínimos cuadrados que trazan un resultado óptimo, por ejemplo) va el alumbrado de turno y propone quitar las putas matemáticas del bachillerato. ¡Ole!

Como España va sobrada de talento y de lógica, dejamos a los bachilleres en manos exclusivas de las Humanidades… ¡Ni eso! ¡Ojalá fuera así! Porque a las Letras las estamos desposeyendo de las reglas porque nos molestan. No queremos tildes, no queremos distinguir la “v” y la “b”. ¡No queremos nada que nos lleve a memorizar o pensar!

En mi experiencia como profesor durante 18 años he visto cómo la ortografía y la capacidad de expresarse se han ido deteriorando paulatinamente. No es que no existan alumnos brillantes —que los hay—, es que el nivel medio ha descendido gravemente, eliminando esa especie de “clase media” de las aulas que iba navegando por los mares del notable y el bien. Ahora, o eres un ceporro de tomo y lomo al que han ido pasando la mano hasta llegar a la universidad, o estás en el vagón de cabeza cabreado porque el resto te frena.

Poner las putas matemáticas como optativas puede ser el mayor error de la historia de la educación española. Porque, ¿quién va a elegir algo que se ha vendido tan mal históricamente? Las putas matemáticas son el patito feo, la amiga chunga, el grano en el culo, la casilla con el insuficiente en las notas, la asignatura del profe coñazo.

Las putas matemáticas son el freno para seguir viendo vídeos con frenesí. “¿Cuántos vídeos llevo? Mejor no llevar la cuenta”. Sin números, sin reglas, sin lógica. La vida pirata, la vida mejor. Todo bien, si no fuera porque detrás de la máquina hay un algoritmo que tiene en cuenta el tiempo que llevas viendo vídeos, la temática de estos, los “me gusta” que das a diestro y siniestro, los perfiles que sigues, las fotos que comentas, tu localización, la hora a la que te levantas, la hora a la que te acuestas… Programa o sé programado.

Sin las putas matemáticas te irás, sin remedio, al grupo de los programados, algo que te afectará a lo que lees, lo que consumes, lo que piensas... o lo que votas.

Siempre te quedará aprenderlas por ti mismo en canales tan chulos como el de Derivando, pero ten cuidado no vaya a ser que te cargues de lógica y seas un incomprendido.

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