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El factor Egea


Entrenar al Real Oviedo no es nada fácil. Desde que en la temporada 2002-2003 el conjunto azul descendiese de Segunda División, han pasado por el banquillo del Carlos Tartiere un total de quince entrenadores, sin que ninguno aunase durante un tiempo prolongado buenos resultados y el respaldo tanto del club como de la grada.
Antonio Rivas, Toño Velázquez, Ramiro Solís, Díaz Galán, Lobo Carrasco, Fermín Álvarez, Raúl González, Pichi Lucas, José Manuel Martínez, Pacheta, Félix Sarriugarte, José Carlos Granero y Robert Robles lo intentaron; cada uno con sus formas, con sus métodos, pero ninguno dio en el clavo. Por una cosa o por otra, todos ellos acabaron siendo destituidos o recolocados tarde o temprano.
Pero con Sergio Egea todo ha cambiado esta campaña. Es cierto que el proyecto se parece poco a sus predecesores, pero lo cierto es que el técnico argentino ha sabido aislarse de cualquier tipo de presión y ha ejercido de perfecto mediador entre jugadores, club y afición. En la parte deportiva ha sabido conjuntar a las primeras de cambio a muy buenos futbolistas pero que no estaban acostumbrados a jugar juntos, y en la institucional no ha dejado de dar lecciones de cómo gestionar un vestuario y cómo expresarse en rueda de prensa.
Humildad, trabajo, respeto, tesón y capacidad de decisión. Sergio Egea ha demostrado que se puede triunfar en el Real Oviedo utilizando el sentido común, sin meterse en camisas de once varas y trabajando concienzudamente sin obsesionarse con la palabra ascenso. Pensando en el día a día, en el siguiente partido y utilizando a la mayor cantidad de jugadores posibles, canteranos inclusive, para que todos se sientan importantes.
El Real Oviedo debía superar la prueba de jugar ante más de 10.000 personas cada dos semanas y también la de saber competir en campos de Tercera División o Regional Preferente. Ganar sobre barro, sobre césped artificial o sobre su propio terreno de juego, tan traicionero en los meses de invierno. Lo ha conseguido y, más allá del mérito de los jugadores y de la directiva, que es grande, el factor Sergio Egea está siendo clave en el transcurrir de los acontecimientos. El Real Oviedo ha encontrado por fin a su entrenador ideal y sólo queda desearle suerte en el play off de ascenso.

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