[Crítica] Felices 140

Gracia Querejeta entrega un ejercicio de narración doble en Felices 140, donde lo mejor es permanecer impasible ante lo que se libera a lo largo de un metraje que sorprende y hace olvidar lo inestable que resultó 15 años y un día. Ayudada por un reparto con algunos de los mejores rostros del cine español, Querejeta dirige con maestría y consigue lo inesperado: sorprender con los mínimos recursos.

Es imposible no hablar de Felices 140 sin caer en la tonta costumbre de desvelar algún detalle de la trama. Pero este texto no lo hará. Lo mejor es sentarse y contemplar un ejercicio psicológico y una desnudez de personajes altamente estimulante. Si bien la película no se considere entre los mejores trabajos de su directora, Felices 140 deja el buen sabor de boca que el cine español ha prolongado durante los últimos años en multitud de géneros y referencias.

Antonio de la Torre, Maribel Verdú, Marián Álvarez, Eduard Fernández, Nora Navas o Álex O´Dogherty interpretan con solvencia a sus respectivos caracteres. Una cena de celebración en la que cada uno sacará lo mejor y lo peor de sí mismos. Un ejercicio de reflexión que hace pensar acerca de los límites del egoísmo personal, de las reacciones en situaciones límite y la toma de decisiones sin medir el alcance de las consecuencias.