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Rebajan varios años de cárcel a los dos jugadores de El Palo que apuñalaron en el corazón al capitán del Alhaurín

Samuel Galán, antes de una rueda de prensa en 2016.
Alberto Fuentes

Dos futbolistas de El Palo B que fueron condenados a una pena total de veinte años de prisión, diez años para cada uno, por un delito de asesinato en grado de tentativa a un jugador de 24 años del Alhaurín de la Torre B tras un partido entre ambos celebrado en Málaga el 20 de marzo de 2016, han sido finalmente condenados a cuatro años de cárcel por una agresión con arma blanca.

Esta rebaja de la pena de cárcel ha sido por la repetición del juicio que ordenó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y por los acuerdos alcanzados entre acusación y defensas. Los procesados, S. A. G. y M. S., ambos de 28 años, se han beneficiado de la aplicación de la circunstancia atenuante de reparación del daño ya que han pagado casi la totalidad de las indemnizaciones a las víctimas, que son Samuel Galán, capitán del Alhaurín, y un miembro del cuerpo técnico de El Palo que intentó mediar en el momento del apuñalamiento y que recibió un navajazo en el muslo izquierdo.

Al jugador alhaurino le corresponden 72.624 euros y al miembro del cuerpo técnico lesionado, 7.669 euros. Los procesados se han comprometido a abonar los 2.993 euros que restan en un plazo máximo de 30 días. La nueva sentencia de la Audiencia Provincial supone una considerable rebaja de la condena respecto al primer fallo y respecto a lo que pedía la Fiscalía, que solicitó en el anterior juicio hasta 12 años de prisión por un intento de asesinato.

Así ocurrieron los hechos

«S. A. G. tomó una actitud desmedida de agresividad hacia él y lo amenazó de muerte en varias ocasiones, con frases como «te voy a matar» o «¿ves los minutos? Cuando pasen los minutos te mato, nos vamos a ver fuera, te esperaré», indica la sentencia que publica el Diario Sur. En el minuto 61, S. A. G. le dio un cabezazo a Samuel Galán y lo derribó, por lo que fue amonestado y sustituido por otro jugador. El agresor se quitó la camiseta y se dirigió a una zona de la grada donde se encontraban unos conocidos suyos, desde donde siguió amenazando de muerte al capitán del Alhaurín. Entre el público se encontraba el también M. S., el otro agresor condenado, que era también jugador de El Palo, pero que no había sido convocado para ese partido.

Desde la grada siguieron amenazando y se pusieron de acuerdo para «dar muerte al capitán del equipo rival cuando finalizase el partido», finaliza el documento de la Sección Octava de la Audiencia. Tras el final del partido que ganó el conjunto paleño, S. A. G. se dirigió rápidamente hacia la víctima, que se encontraba felicitando a los jugadores y técnicos del equipo rival, y lo cogió del cuello por la espalda, lo tiró al suelo y M. S., que también había saltado al terreno de juego, se dirigió hacia él y con lo apuñaló en dos ocasiones en el hemitórax izquierdo.

En el tumulto intervinieron los delegados de equipo y de campo, así como los entrenadores y algunos jugadores de ambos equipos, para separar e impedir males mayores. De hecho, un miembro del cuerpo técnico de El Palo, que había intentado impedir la agresión, agarró a M. S. tras el navajazo y se lo llevó a una esquina del campo. Pero al reducirlo, también fue agredido por M. S., que le «pinchó o cortó» en el muslo izquierdo, donde le ha quedado una cicatriz.

Sobrevivió de milagro, pero le quedan secuelas

«De no haberse realizado tratamiento quirúrgico urgente, con seguridad habría fallecido», indica de manera contundente la sentencia. Samuel Galán

Samuel Galán, el futbolista agredido, sufrió dos puñaladas, que le afectaron una al tórax y otra cerca del corazón. Perdió calidad de vida, dado que le imposibilita la realización de actividades específicas y precisa valoraciones periódicas de su estado cardiológico, ya que su cicatriz es susceptible de provocar arritmias, trombos e insuficiencia cardíaca, entre otros.

"Cuando te pasa una cosa de este calibre te hace ver la vida de diferente manera. Una cosa que hago es que disfruto de cada día como si fuera el último, tomártelo con alegría. Yo era un poco así pero esto me ha hecho serlo el doble", dijo en una entrevista en 2021.

Ahora, ya sabe que S. A. G. ha sido condenado a cuatro años de cárcel por un delito de amenazas graves y un delito de asesinato en grado de tentativa y a M. S. se le impone una pena de cuatro años por asesinato en grado de tentativa y un año de cárcel más por un delito de lesiones debido al navajazo que le asestó en la pierna al miembro del cuerpo técnico de El Palo. También se les impone a los dos una orden de alejamiento de mil metros durante un periodo de 10 años.

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