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El Dr. Fernando Moldenhauer, sobre los deportistas con síndrome de Down: "Tienen ventaja en gimnasia rítmica, sin duda"

Daniel García Écija / Alba de la Gama

El deporte y el síndrome de Down no son cuestiones excluyentes, a diferencia de lo que a priori podría pensarse. De hecho, Carlos Hernández es un claro ejemplo de ello, un nadador profesional con 128 medallas de oro a sus espaldas.

No obstante, sí es cierto que estos deportistas cuentan con una serie de limitaciones físicas que les dejan en una situación de inferioridad de condiciones con respecto al resto en algunos deportes, sin embargo, en otros cuentan con ventaja.

El Dr. Fernando Moldenhauer, jefe de sección de Medicina Interna y Responsable de Unidad de Down del Adulto del Hospital de La Princesa de Madrid, ha diferenciado dichas ventajas y limitaciones físicas y ha puntualizado los beneficios concretos que tiene el deporte para estas personas.

Condiciones físicas que les dificultan los deportes de fuerza

La hipotonía, es decir, la debilidad y el bajo tono muscular es la condición física que sitúa a los deportistas con síndrome de Down en una situación de desventaja con respecto al resto de la población. Dicha limitación hace que su rendimiento muscular sea menor.

Otras de las características que enumera el experto es que estas personas tienden a desarrollar sobrepeso y obesidad, cuestión que también les perjudica a la hora de hacer deporte.

También presentan una dificultad mayor en la coordinación del equilibrio y problemas osteoarticulares anatómicos tales como juanetes, escoliosis dorsolumbar u otras deformidades concretas.

La hiperlaxitud como ventaja en natación y gimnasio rítmica

Entre las condiciones físicas que caracterizan a un deportista con síndrome de Down, el médico ha destacado la hiperlaxitud. Aunque esto se entiende como una debilidad del aparato tendinoso y ligamentoso, les sitúa en una situación de ventaja en deportes como natación o gimnasia rítmica.

Sus ligamentos y tendones son más elásticos por lo que adoptan posturas propias de un contorsionista, sin embargo, dicha elasticidad también les expone a un mayor riesgo de lesión.

Al llegar al límite y sobrecargar dichas estructuras pueden tener luxaciones en las articulaciones, especialmente en la rótula, esguinces, distensiones u otras lesiones en el aparato ligamentoso.

El valor añadido del deporte entre las personas con Down

Es bien sabido que hacer deporte presenta beneficios para todas las personas, siempre y cuando se adapte a las capacidad concretas de cada una, sin embargo, en las personas con síndrome de Down tiene un valor añadido.

"Para estas personas, el deportes es una herramienta de socialización extraordinaria", asegura Fernando Moldenhauer. De esta forma, al practicar deportes de equipo o que conlleven una actividad grupal socializan y reciben estímulos de su entorno y de su comunidad.

Por todas las cuestiones mencionadas, el profesional considera que las personas con síndrome de Down deben practicar "deportes que no exijan una potencia muscular importante y donde puedan destacar su elasticidad y movilidad", así como deportes donde se relacionen con otras personas, en lugar de ir al gimnasio de forma individual.

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