El fondista Martí Vigo, el benjamín del equipo español en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang (Corea del Sur), explicó este viernes a EFE tras su retirada en la prueba de 15 kilómetros en estilo libre que "todos" los músculos de su cuerpo "eran como un bloque de hormigón"."Hoy ha sido un día muy duro. Estaba motivado, tenía ganas, pero a un kilómetro de empezar he notado un agarrotamiento increíble. Todos los músculos de mi cuerpo eran como un bloque de hormigón, no podía con mi alma", comentó a EFE el esquiador de la Agrupación Deportiva Hospital de Benasque.
Debutante a sus 20 años en unos Juegos Olímpicos de Invierno, Martí Vigo (Sesué, 1997) confesó que "nunca había tenido una sensación así". "No podía, estaba totalmente bloqueado", lamentó.
El joven oscense sí reconoció, no obstante, que pretendía "acabar por toda la gente" que le está brindando su apoyo.
Este viernes, de hecho, el Palacio de los Condes de Ribagorza abrió sus puertas a primera hora de la mañana para que los vecinos del Valle de Benasque pudieran seguir la competición en directo.
"Quería terminar, aunque fuera mal, pero es que no podía. De piernas estaba bloqueado, estaba sufriendo mucho. He decidido parar, recuperarme bien y pensar en la siguiente prueba", abundó Vigo.
El aragonés, que sí alcanzó el punto de control situado a 9.8 kilómetros de la salida, cree que la alta carga de entrenamientos le jugó una mala pasada en su estreno en una cita olímpica, aunque confía en estar plenamente recuperado para el sprint por equipos del próximo día 21, donde competirá junto al tolosano Imanol Rojo.
Martí Vigo, que debió medicarse en los últimos días por una inflamación de las amígdalas, desea abandonar el centro de esquí de fondo de Alpensia con mejores sensaciones.
"Hoy que me empezaba a recuperar de las anginas se me ha pasado al oído, pero no lo quiero poner como excusa. Hoy ha sido un día de no ir ni para atrás. Ya vendrán días mejores. Desde ya, a pensar en lo siguiente", sentenció.