La historia de Constantino, el hombre que vivió bajo la tribuna de Mestalla 40 años

Mestalla, campo del Valencia CF celebra esta temporada su centenario y si alguien pueda dar fe de lo que ha sido, es y será ese templo valencianista es la familia Pons. Gracias a su nieto,

Mestalla, que cumplirá 100 años el 20 de mayo de 1923, es la historia de vida de sus gentes, gente como Constantino Pons (en la primera foto), conserje de Mestalla tras la Guerra Civil (de 1939 a 1971), si bien empezó a trabajar como albañil en el estadio en 1939, pasando a ser el conserje en breve espacio de tiempo. Constantino vivió con su familia en una casa dentro de Mestalla y José Manuel Manglano, nieto por parte de madre y que también vivió esos momentos inolvidables, se puso en contacto con el club para contar su historia a través de las redes sociales. Y el club recogió el testigo. “Después de la Guerra, se decidió hacer una reforma en el estadio, que había sido utilizado como campo de concentración, haciéndoles falta personal tanto de albañilería como de conserjería y cuidados del césped. A través de Cotanda, entonces presidente de la Federación Valenciana de Fútbol, quien tenía relación con una tía de mi abuelo, lo llamaron y el acuerdo fue vivienda por trabajo; años después sí se le asignó un sueldo cuando las cosas empezaron a ir un poco mejor”, explicaba en VCFRadio

“Vivían en la zona bajo la actual tribuna -continúa José Manuel- y las intrahistorias son muchas. Por ejemplo, mi abuela Lola lavaba las camisetas de los jugadores, que se reutilizaban en cada partido. Tenía que descoser los escudos antes y mi madre, Lolín (en la segunda foto, en un Mestalla nevado), siendo una niña, le ayudaba a volver a coserlos.”

Tras la reforma del Gran Mestalla, aquella vivienda desapareció y la casa del conserje pasó a situarse en la parte exterior de Gol Sur. Aquel fue el emplazamiento que recuerda con gran cariño.

“Vivían en la zona bajo la actual tribuna de Mestalla, mi abuela Lola lavaba las camisetas de los jugadores, que se reutilizaban en cada partido"

“Con los años, mi madre -explica-, antes de irse al puesto que teníamos en el mercado, nos dejaba en Mestalla, a mi hermana y a mí, con nuestros abuelos. El otro día, viendo una fotografía de la actual grada central, recordaba la textura del azulejo que en aquellos años indicaba la localidad en los escalones de ladrillo de caravista”.

“Cuando las sillas de enea se rompían y ya no podían repararse, mi abuelo las usaba como leña para las paellas que hacía a mi familia en la vivienda de Mestalla -señala-. Éramos mis abuelos, mis padres, mi hermana y yo”.

José Manuel se expresa emocionado al afirmar lo siguiente: “Para mí, Mestalla es el olor del césped recién cortado por mi abuelo. La alineación de la delantera eléctrica me la sé desde pequeñito por mi abuelo.”

No fueron los primeros trabajadores en el estadio

Sin embargo, Mestalla tuvo otros moradores antes. En 2016 el Departament de Patrimoni localizó a Consuelo Ortega, nieta de José Ortega e Isabel Pérez, los primeros trabajadores que tuvo Mestalla y que vivían en una casa situada dentro del propio recinto. Consuelo también vivió allí. Estanislao, su tío, posteriormente asumió las tareas de conserje y empleado de campo de Mestalla desde 1935 hasta el periodo bélico.