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2022: una odisea en el Nou Mestalla

El periodista no es noticia

2022 tiene que ser el año del Nou Mestalla. Su reanudación, sin duda es una noticia histórica para un club que cumplirá 103 años en unos meses y que, de momento, sólo ha conocido dos estadios. El campo parado es un marrón y la oportunidad de solventarlo es histórica. No puede dejarse escapar.

No puedo evitarlo, no me lo quito de la cabeza. Para mí 2022 debe ser el año del Nou Mestalla. Lo reconozco, me ilusiona todo lo que está relacionado con el hecho de que el club pueda retomar las obras del nuevo estadio y acabarlo de una vez por todas. Son muchas las veces que he escrito de él, casi tantas como he pensado que jamás lo vería construido. Son decenas las veces que he pasado por allí pensando si algún día podría hollar esas gradas. Ahora estoy convencido de que sí, de que eso se puede dar.

He publicado infinidad de veces que me dolerá cuando derriben el campo de la Avenida Suecia, que lloraré el día que Mestalla sea polvo. Soy el primer romántico que defiende el importante papel sentimental que el viejo templo valencianista ha desempeñado en la historia del club y de la ciudad, pero no por ello cierro los ojos a una realidad tozuda: ese esqueleto de hormigón en la Avenida de las Cortes tiene que acabarse por los ciudadanos, por dinero y porque este club no puede permitirse el lujo de tener dos casas y una de ellas a medio construir. Hay que asumirlo nos duela más o menos. Y no me vale eso de que abandonemos el campo que se está construyendo, que lo dejemos a medias. El Nou Mestalla ahora no vale nada, el viejo coliseo sí que significa mucho dinerito para el club cuando sea vendido. El camino es uno, aunque insisto, nos duela. Hay que mudarse de casa y de barrio.

Los diferentes proyectos de Nuevo Estadio del Valencia CF.

¿Por qué el Nou Mestalla ahora?

Es absurdo cuestionarse que el Valencia CF de Meriton no hubiera puesto en marcha las obras ahora si no hubiera llegado el dinero. Es evidente ¿Y qué? A mí me da igual. Lo que me importa es que se reactive y lo hagan de una vez por todas. El fondo CVC de LaLiga y sus condiciones (70% destinado a infraestructuras y en unas condiciones ventajosas a la hora de recibir el dinero) es un traje a medida para hacerlo. No tenían más narices que volcarse en el proyecto y lo han hecho.

Superada esta fase, el debate siguiente fue el aforo. 43.000-55.000 parece un aforo escaso pero no lo es. Basta con ir al estadio la última década para darse cuenta. Además si, en el caso hipotético que en un futuro sean nuestros hijos y nuestros nietos los que quieran ampliar la familia valencianista y hagan pequeño ese campo, se puede ampliar. Ya en tiempos de Llorente y Salvo esa posibilidad existía. Escuchen si no a Mark Femwick explicando esta posibilidad el 14 de noviembre de 2013 en el vídeo que he recuperado esta semana. Entonces a nadie nos sorprendió.

En todo caso, estos debates no hacen más que incrementar mis ansias por conocer el proyecto de los tres anillos. No puedo ocultarlo, me encuentro ilusionado, como un niño con zapatos nuevos, deseoso de subirme a este 2022, una odisea en la que, confío, terminará con final feliz y veremos al fin las máquinas volver al óvalo de hormigón del Nou Mestalla. Antes, no lo olvido, espero que el polideportivo anexo cobre forma. Son, sin duda, unas halagüeñas expectativas para empezar este año que deseo que llegue, además, cargado de salud para todos. Feliz semana.

David Torres

Delegado de ElDesmarque en València

dtorres@eldesmarque.com

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  1. David Torres

    Gracias don Juan

  2. Juan Octavio

    Pues a ver si se cumple y en el 2022 estrenamos estadio. Un abrazo, spiderman!