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Fin de curso futbolístico con dos aficiones entregadas a sus colores

Antonio Gutiérrez

Sevilla, 25 may .- El curso futbolístico 2018-19 concluye este sábado en el Benito Villamarín con la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Valencia, cuyas aficiones se dejan notar por Sevilla en un pulso festivo con el que empezar a ganar una batalla que en lo deportivo se iniciará esta noche en el estadio bético.

A diferencia de las más recientes temporadas, en las que algún equipo español aún esperaba disputar finales de competiciones continentales, en esta ocasión los dos conjuntos que pudieron hacerlo fueron precisamente el culé y el che, pero los dos cayeron en las semifinales de la Liga de Campeones y de la Liga Europa, respectivamente.

Así, la cita en la capital andaluza cierra el telón para los equipos españoles en este último partido del calendario, al que el Valencia llega con la gran ilusión de culminarlo con un nuevo título once campañas después y, además, hacerlo en el año en el que se celebra el centenario de la entidad.

Para el Barcelona, la historia es casi la misma de las últimas campañas, no en vano jugará la quinta final consecutiva de la Copa del Rey después de que ganara las otras cuatro, aunque también se repite la frustración con la que afrontó la de la pasada edición en el Wanda Metropolitano de Madrid ante el Sevilla.

En aquella ocasión llegó tras otra dolorosa eliminación en las semifinales de la 'Champions' contra el Roma, si bien goleó por 5-0 a los sevillistas y alzó su cuarto título copero consecutivo.

Independientemente de ello, una final de Copa es motivo de fiesta y los seguidores azulgranas, repartidos por toda la geografía nacional, se han desplazado a Sevilla con ganas de fiesta y de olvidar el varapalo europeo.

El club barcelonés tiene preparado un 'tifo' en la grada Sur del Villamarín con el lema 'Todos Unidos. Vamos Barça' y reparto de banderas con las que hacerse notar.

Como es habitual en estas citas, los clubes tienen designada unas zonas en la ciudad para la concentración de sus aficionados (Fan Zone), que en el caso culé está a unos cuatrocientos metros al sur del Villamarín con un programa de actuaciones musicales, actividades lúdicas y servicios de restauración y bebidas.

Un gran escenario y una gran carpa para mitigar el calor en un día de altas temperaturas sobresalen en este área de esparcimiento frente a la ciudad deportiva del Real Betis, que con el paso de las horas aumenta su animación y que se cerrará sobre las 18.30 horas para que los aficionados empiecen a desplazarse al estadio.

Entre tanto, la expedición oficial de Barça partió esta mañana en vuelo chárter desde la capital catalana para alojarse en las horas previas al choque en un hotel alejado del bullicio, más cerca del estadio del Sevilla, el Ramón Sánchez Pizjuán.

No muy diferente es la organización del Valencia, cuyas previsiones son las de la presencia en la capital hispalense de unos 25.000 seguidores, aunque varios miles sin entradas, ya que la Real Federación Española de Fútbol designó a cada club alrededor de 21.400 localidades.

La 'fan zone' valencianista está ubicada al norte del estadio, aproximadamente a un kilómetro, y también cuenta con actuaciones musicales y oferta gastronómica, entre las que se encuentra, como no podía ser menos, la degustación de paella.

El club che también tiene organizado para el estadio el despliegue en la grada Norte de una gran pancarta y la distribución de miles de banderas.

El equipo, por su parte, está concentrado desde el jueves en un hotel de Jerez de la Frontera, a unos ochenta kilómetros de Sevilla, y llegará directamente al estadio para el partido.

Entre las dos zonas para aficionados, con el epicentro en el Villamarín, miles de aficionados inundan las avenidas, calles y plazas y se concentran en bares y restaurantes haciendo lucir sus colores y entonando cánticos de apoyo a sus equipos.

Quizá, por la falta de costumbre en esta última década, los valencianistas se muestran más activos y ruidosos, con el estruendo de sus típicos petardos incluidos.

Para que todo transcurra por los cauces normales entre las aficiones, se ha confeccionado un dispositivo de seguridad que lo componen alrededor de 2.500 personas, entre ellos unos 1.300 policías nacionales.

Desde el viernes ya empezaron a verse por las calles sevillanas a aficionados de ambos equipos e incluso, pese a las importantes medidas de seguridad, se produjeron la pasada noche algunos disturbios provocados por hinchas radicales, según indicaron fuentes de la Policía Nacional, aunque en las horas previas al partido impera el ambiente festivo.

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