Es Noticia

El Valencia se saca un Bono para el sufrimiento y la desesperación

Valencia-Girona (Foto: David González)
El periodista no es noticia

El Valencia CF está en crisis, al menos de resultados. El equipo no sólo no logró su primera victoria en Mestalla, sino que encajó su primera derrota en casa desatando los nervios y el malestar de una afición que despidió a su equipo con una sonora pitada. Pero si algo desniveló el Valencia-Girona fue Bono, el meta del Girona, nacido en Canadá y formado en el fútbol marroquí que detuvo hasta en ocho ocasiones los ataques valencianistas, haciendo inútil cualquier remontada. Los catalanes, en cambio, aprovecharon casi su única ocasión para marcar y meterle el agua en casa. Ahora sí, el Valencia se ha sacado un Bono para el sufrimiento y la desesperación.

De inicio, Marcelino apostó por un once ofensivo, con Wass en el lateral derecho; un doble pivote formado por Coquelin y Kondogbia, Guedes pegado a banda izquierda y Mina junto a Rodrigo arriba. El Valencia-Girona no era un partido más, el equipo necesitaba ganar para evitar que los nervios de la parroquia no se descontrolaran.

El Girona, a pesar de las bajas, salió apretando desde el principio; sin complejos y dispuesto a aprovecharse de la tensión que se respira en Valencia por la falta de resultados. Tan arriba estaban los catalanes que, a la contra, el Valencia estuvo a punto de inaugurar el marcador en el 12'. Coquelin remataba desde fuera del área un balón cedido por Parejo. Fue a córner. A la siguiente jugada sería Rodrigo el que sí acertara en batir a Bono, pero en fuera de juego, por lo que no subió al marcador.

El VAR ahoga la reacción

A la siguiente era Guedes, tras un pase excelente de Coquelin, el que estrellaba la pelota en el lateral de la red gerundense. El dominio era total, pero infructuoso. Claro, al final tanto va el cántaro a la fuente que se rompe. Exactamente en el 33. Un pase atrás de Gayà habilitó a Kondogbia. El francés, llegó y marcó, pero De Burgos Bengoetxea, desde la cabina del VAR lo anuló al señalar que el lateral centró cuando el esférico había atravesado la línea de fondo. Mestalla protestaba, más por rabia que por la injusticia. Antaño ese gol habría subido al marcador.

El Valencia se rehizo y Rodrigo, de cabeza, estuvo a punto de inaugurar el electrónico. Bono se la sacó en la línea. Los de Marcelino tenían encerrado al Girona, el público les jaleaba, faltaba solo el gol... Que no es poco. Era increíble. Guedes, sólo, se la tiró a las piernas de Bono en el 43. El rechace iba al larguero después de que Mina chutara en posición acrobática. Aún tuvo otra el Valencia, pero acabó en córner. El 0-0 con el que se llegó al descanso no reflejaba lo sucedido sobre el césped..

El 0-0 con el que se llegó al descanso no reflejaba lo sucedido sobre el

Gayà centra en el Valencia-Girona (Foto: David González)

Increíble, pero cierto 0-1 e contra y el Valencia a sufrir, comerse la cabeza, cuestionarse su identidad y pelear para arreglar el desaguisado.

La segunda mitad comenzó con polémica y un jarro de agua fría, tas una caída de Mina tras chocar con Bernardo en la frontal. Ni fue penalti, ni Alberola Rojas hizo el amago de señalarlo. A la jugada siguiente, un error grave en la entrega de Kondogbia propició uno de los pocos arcercamientos del Girona. Roberts forzó el paradón de Neto, pero el rechace le cayó a Pere Pons que no perdonó. Increíble, pero cierto 0-1 en contra y el Valencia a sufrir, comerse la cabeza, cuestionarse su identidad y pelear para arreglar el desaguisado.

El Valencia no estaba muerto. De hecho, en el 55 Rodrigo debió empatar, pero Bono de nuevo le hizo un gran paradón. El equipo y la afición no desfallecían a pesar de lo inexplicable del asunto. El Valencia merecía más pero perdía. Llegaba y no marcaba, y su rival, con un central más sobre el campo, había rentabilizado su única ocasión. Pasaban los minutos, Marcelino no cambiaba, los suplentes no calentaban, miraban atónitos. No podían creerse lo que veían.

Pasaban los minutos, Marcelino no cambiaba, los suplentes no calentaban, miraban atónitos. No podían creerse lo que veían.

En el 68 era Mina de cabeza quien que obtuvo la respuesta de Bono, un nuevo paradón en la línea. El equipo se iba contagiando de la tensión del ambiente, y Marcelino, con menos de veinte minutos para el final, echó mano de Batshuayi. Algo había que cambiar claro, pero sentar a Carlos Soler le costó al técnico una sonora pitada de la grada. El equipo empezó a jugar con un extraño 1-4-2-4 en busca del gol a la desesperada. No era para menos.

El equipo se sumió en la nada, en su propia tensión, y Marcelino en el 83 sacó a la desesperada a Ferran Torres y Gameiro por Coquelin y Wass. Apenas quedaba tiempo para nada, y nada sucedió. Un tiro lejano de Garay, otro gran paradón de Bono y mucha, mucha decepción y. El meta se había merendado a un Valencia al que se le ha olvidado marcar goles.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar