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Cinco años sin el gran Antonio Puchades

ElDesmarque / EFE

Se cumplen cinco años sin Antonio Puchades, uno de los estandartes del club, cuya efigie ondea en Mestalla y santo y seña de varias generaciones del valencianista. El exjugador del Valencia CF integró la selección española que disputó en 1950 el Mundial de Brasil, y no sólo se convirtió en el corazón de su club, sino también del equipo nacional en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Como jugador fue uno de los más emblemáticos de la historia del club y, a los cinco años de su muerte, sigue siendo un referente para el valencianismo.

Antonio Puchades Casanova, nacido el 4 de junio de 1925, fue un jugador de una gran fuerza física, que siempre derrochó facultades y que se convirtió en una de las piedras angulares de uno de los mejores equipos que ha tenido el Valencia a lo largo de su historia.
Su trabajo en el centro del campo del equipo valenciano, desde su debut en 1947 hasta su retirada en 1958, le convirtió en un futbolista imprescindible durante aquellas doce temporadas, en las que ganó un título de Liga en 1947, en la que fue su primera campaña en el equipo, y dos de Copa (1949 y 1954).
Debutó en la segunda jornada de la temporada 46-47 en Vigo ante el Celta (1-2) y completó 368 partidos con el Valencia, 258 de ellos correspondientes al campeonato de Liga. Puchades jugó trece temporadas con equipo valencianista, siendo campeón de Liga en 1947 y dos veces campeón de Copa (en 1949 y 1954).
Fue veintitrés veces internacional con la selección española A. Se despidió del Valencia y del fútbol el 8 de diciembre de 1959, en un partido homenaje frente al Niza. Fue una gran tarde de fútbol en Mestalla dónde se le rindió un homenaje en el que decenas de niños formaron sobre el césped del estadio su nombre.
Una de las grandes anécdotas de su carrera, recordaba Alfonso Gil en su obituario, fue la de aquel primer encuentro, para el que fue convocado por sorpresa y para el que su madre, desconocedora de los hábitos de los viajes de los equipos de fútbol, le preparó ropa y comida para varios días.

Despedida multitudinaria

Puchades, falleció en su Sueca natal, localidad que nunca abandonó. Allí nació hace hoy 93 años años y allí vivió siempre. En el último lustro de su vida apenas salía de casa, pero hasta entonces, bien superados los ochenta años, acudía con cierta asiduidad a Mestalla para presenciar los partidos del Valencia, el club de sus amores.
Integrante de la Fundación Valencia CF, e ilustre miembro de la Asociación de Futbolistas, en los últimos tiempos ya no acudía a las reuniones del patronato o a las celebraciones de los que fueron como él jugadores del Valencia CF.
Como no podía ser de otra manera, y como sucedió en su multitudinario entierro, Hoy, afición, club y mundo del fútbol le recuerdan como lo que es, un estandarte para el valencianismo.
 

Dos estadios llevan su nombre

La prueba evidente de su impronta en el Valencia CF y en el fútbol valenciano es que hay dos estadios con su nombre: El estadio Municipal de su Sueca natal y el campo central de la Ciudad Deportiva de Paterna dónde el Valencia CF Mestalla disputa sus partidos como local. 
En su adiós en Mestalla volvió a conformarse su nombre con niños de la escuela y la Curva Nord desplegó una pancarta que decía: "Tonico Puchades: Formes part d'una gran historia que portem al cor".

Sólo cuatro goles

No fue un goleador, ya que tan sólo marcó cuatro tantos en Liga y seis en Copa en doce años, pero pronto empezó a ser imprescindible en la línea media del Valencia donde se complementó a la perfección con sus compañeros, pero especialmente con Bernardino Pérez "Pasieguito", un jugador más frío y técnico que él.
Para los que no le vieron jugar y a pesar de todas las diferencias que existen, el tándem Pasieguito-Puchades tuvo una réplica en la pareja Baraja-Albelda del Valencia campeón de los primeros años del siglo XXI.
Puchades fue el prototipo del jugador de la tierra que militaba en el Valencia de aquella época. Fue un hombre muy aferrado a su pueblo, ya que siempre vivió en Sueca, localidad situada a treinta kilómetros al sur de Valencia, en la comarca de La Ribera.

Inseparable de Sendra y Mañó

Sueca aportó en aquellos años otros jugadores importantes al club coetáneos de Puchades, entre los que destacaron Paco Sendra y Daniel Mañó. Con ellos se desplazaba en el mismo coche a los entrenamientos y los partidos. 
Con la selección disputó veintitrés partidos, un registro considerable para la época, y estuvo en el Mundial de Brasil en 1950, donde la selección española fue cuarta y logró su mejor clasificación histórica hasta el título de 2010.
Puchades jugó todos los encuentros de la selección en aquel Mundial y a su conclusión todavía le quedaba casi una década de fútbol, ya que permaneció en el Valencia hasta 1958, cuando concluyó su carrera con un partido homenaje ante el Olimpique de Niza.

Un once mítico

Además de con Sendra, Mañó o Pasieguito, Puchades compartió equipo con otros grandes valencianistas de la época como Vicente Asensi, Ignacio Eizaguirre o Silvestre Igoa, que también estuvieron en Brasil, así como con Epi, Mundo, Amadeo, Seguí o el holandés Wilkes. En el momento de su retirada en el Valencia jugaban Pesudo, Piquer, Mestre, Juan Carlos Quincoces o Fuertes.
Tras doce años en el club valenciano, se alejó del fútbol y se dedicó a sus negocios y a la agricultura en Sueca, donde permaneció hasta el final de sus días.
Puchades ha quedado en el recuerdo del valencianismo por su pundonor, su regularidad y el profundo afecto que siempre mostró hacia el club en el que completó toda su carrera profesional.

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