El Valencia acaba con una nueva piel pero con la misma pegada
El Valencia CF puede mudar su piel y aunque saltó al campo luciendo la segunda camiseta de la temporada 2018-19 de azul marino oscuro, demostró ser el mismo equipo eficaz, letal y con pegada que jugará la próxima edición de la Liga de Campeones por méritos propios. Los de Marcelino vencieron por 2-1 al Deportivo de la Coruña gracias a los goles de Zaza en la primera mitad y Guedes en la segunda; y a tres intervenciones magníficas de Jaume al final que permitieron un broche de temporada redondo y que el gol de Lucas no sirviera para nada más que acortar distancias. En el día en que Mestalla cumplía 95 años, el Valencia y su afición fueron felices de nuevo. Finaliza la campaña del regreso a la élite. Ahora toca mantenerse.
A pesar del cambio de piel, y las novedades en el once, el Valencia salió al mediodía contra el Deportivo para las mismas ganas que siempre. Jaume, Nacho Vidal y Maksimovic no desentonaban en el bloque de un Marcelino que, fiel a la justicia del esfuerzo, premió a los que consideraba que estaban mejores. El primer gol de azul lo marcó Zaza en el 27 tras un buen centro de Gayà, despejado por la defensa. El balón le cayó al italiano que, a la media vuelta, la puso lejos de Koval. El monólogo valencianista encontraba su recompensa y Mestalla, abarrotado, se caía. Hay devoción por el italiano todo y que esté en muchas quinielas para salir. El ariete se lo dedicó al utillero Serreta, que se jubila tras cuarenta años en el club.
El escenario no cambió. El equipo siguió con su ritmo pausado pero inexorable en busca de la portería rival y tuvo otra buena ocasión para marcar antes del descanso. Rodrigo, con la izquierda, disparó suave pegado a la base del palo.
Durante la segunda mitad la tónica no cambió. El Valencia atacaba sin cesar, sin prisa, pero sin pausa y empezaba a acumular acercamientos y ocasiones. Rodrigo provocó la mejor parada del choque al sacar un buen remate a bocajarro al internacional español.
Guedes remata la faena
Maksimovic y Zaza, este tras otro gran centro de Gayà, estrellarían dos sendos cabezazos en el larguero de la portería coruñesa antes de que comenzara el carrusel de cambios y las celebraciones en Mestalla. Rodrigo, Zaza y Parejo dejaron su puesto a Vietto, Mina y Kondogbia, y todos fueron ovacionados y jaleados. Que si "Rodrigo y Parejo selección", que si "uh ah Kondogbia"... Hasta Bakkali, cedido en el Dépor, fue aplaudido en su sustitución. El marcador era estrecho y no reflejaba los méritos de un Valencia que estaba ya de vacaciones.
Guedes trató de ampliar el marcador con una vaselina a la que Koval respondió bien. Fue el preludio al 2-0, obra del internacional portugués, que remachó en el área con el exterior una gran asistencia de tacón de Vietto. Lo feo, en una mañana festiva, fueron los últimos minutos, dónde la relajación propició tres grandes ocasiones del Dépor que obligaron a Jaume a sacar dos manos y un pie milagrosos. Y aunque no pudo evitar el 2-1, obra de Lucas Pérez, bien pensado este arreón gallego, fue la oportunidad para que el de Almenara se llevara también su dosis de reconocimiento. A fin de cuentas, es de casa y ha sido decisivo para que el Valencia celebre con su afición en el broche de la temporada que vuelve a ser de Champions. Y sino, que se lo digan a Marcelino, el último y gran ovacionado de la mañana dominical que terminó con el himno de la Champions.
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