El riguroso arbitraje de Hernández Hernández

El resultado final del FC Barcelona-Valencia CF de anoche -4 a 2 favorable a los catalanes- estuvo determinado por completo por la expulsión del valencianista Mangala al filo del descanso, que dejó a los de Voro con uno menos durante los largos 45 minutos de la segunda mitad. El propio futbolista reconoció posteriormente en zona mixta que la expulsión era "clara", aunque también es destacable la preocupación de Luis Suárez, a quien el defensa del Valencia agarró de la camiseta, por buscar inmediatamente el penalti, olvidándose por completo de hacer su trabajo, que es marcar, y protestando cuando el francés apenas lo había estirado todavía.

Algunos futbolistas del FC Barcelona, como Neymar, trataron de buscar más penaltis en determinados momentos del encuentro, pero hasta ahí no llegó a caer un Hernández Hernández que no se portó demasiado mal con el conjunto local y poco a poco fue desesperando al Valencia, sobre todo en faltas no pitadas a favor de los de Voro en la segunda mitad. 
Lo que después del duelo señalaría en el acta el árbitro del encuentro sería que la expulsión de Mangala estuvo causada por "sujetar a un rival que se escapaba hacia la meta contraria, abortando con su acción una manifiesta y clara ocasión de obtener un tanto". 5 minutos antes de ser expulsado, el mismo Mangala había visto cartulina amarilla por "derribar a un contrario en la disputa del balón" en una acción que perfectamente podría haber acabado sin tarjeta. 
Y es que anoche el colegiado hiló muy fino y de las 12 faltas que provocó el Valencia, 5 acabaron con amonestaciones, incluida la expulsión de Mangala. Al Barcelona, por su parte, le señalaron 4 faltas y acabó con 3 amonestaciones, lo que deja un tanto por ciento bastante elevado respecto al número de infracciones cometidas. 
El balance y resumen que puede elaborarse es que la vara de medir no es nunca la misma para unos y para otros cuando uno visita feudos como el Camp Nou, donde puede que pese más la presión mediática que la de la propia afición dentro del estadio. Y con todo un FC Barcelona jugándose LaLiga Santander con el Real Madrid, la toma de decisiones es una presión muy grande para unos árbitros que no quieren convertirse en el centro de atención por haber favorecido más a unos que a otros. En el fondo, siempre, el cansino binomio futbolístico de España.