El recuerdo de un héroe: se cumplen 29 años sin Jesús Castro

Este 26 de julio se cumplen 29 años del fallecimiento de Jesús Castro, una auténtica leyenda del Sporting de Gijón. No se puede definir de otra manera al que fuera portero del conjunto rojiblanco, con el que disputó 18 temporadas y alcanzó los 449 partidos, siendo el único club de su vida profesional, debutando y retirándose en el equipo asturiano.

El día trágico

El 26 de julio de 1993 Jesús se encontraba con su familia en la playa de Amió, en el Pechón, localidad de Cantabria. El guardameta se percató que dos niños ingleses se estaban ahogando y no dudó en meterse para salvarles, en un mar que se encontraba muy revuelto. El cancerbero logró su objetivo y consiguió salvar la vida de los niños, pero con el cansancio del esfuerzo realizado se terminó ahogando él mismo. En la propia playa colocaron una placa en su honor.

Reconocimientos en su memoria

La familia Castro es historia del Sporting y es que Enrique Castro 'Quini' es el hermano de Jesús. No hace falta contar todo lo que fue 'El Brujo', al que se le puso su nombre al estadio. Por su parte, el que fuera cancerbero tiene su nombre en la puerta número 1.

Las premoniciones del fallecimiento

En 2018, Blanca Cobián, pareja del futbolista, fue al programa de televisión Cuarto Milenio para contar todo lo que rodeó a ese fatídico día, incluido desde los días previos, al frecuentar mucho esa playa: "De primeras, se metieron todos en la playa, menos yo. Y cuando lo hice tuve una malísima sensación. Jesús, que nunca paraba en la playa, se echó a dormir. Cuando despertó, repentinamente, quería irse de la playa, se encontraba nervioso. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que había tenido un mal sueño. Me dijo que soñó estar en el agua y que unas manos triaban de él hacia abajo y no le dejaban salir".

"Tuvimos que regresar porque había fallecido la suegra de 'Quini' y una vez en la ciudad, fuimos aplazando la vuelta a la playa por diversos motivos. Pero ya el día en el que decidimos volver, mi hijo pequeño se negó a ir y me dijo: Tengo una premonición, tengo miedo. Al cabo de un rato vi a mi hijo corriendo hacia el agua, cuando fui yo vi a mi marido ahogándose. Se lo tragó el agua tal y como él había dicho que había soñado".

La afición no le olvida

Los sportinguistas no olvidan la figura de este mítico jugador, que acabó siendo un héroe dando su vida por salvar la de otros.