Un punto bajo el diluvio
El Sporting de Gijón sumó un punto, que se podría considerar positivo, ante el Albacete en El Molinón, debido sobre todo al diluvio universal que cayó sobre Gijón durante la disputa del partido. A priori la victoria era casi obligada, pero las inclemencias meteorológicas y el estado del terreno de juego dificultaron mucho obtener un botín mayor.
Los dos equipos se jugaban mucho en el partido, aunque los visitantes llegaron muy apurados en la clasificación tras cuatro derrotas consecutivas y con su entrenador, López Garai, jugándose la continuidad en el banquillo. El Albacete tuvo la primera ocasión de gol nada más empezar en un error en el despeje de Borja López, que dejó el balón a los pies de Carlos Isaac, que chutó con fuerza pero el balón rebotó en Saúl García y se fue a córner.
En la primea llegada del Sporting, Djurdjevic cruzó el balón, que fue frenado por el agua de la lluvia, lo que dio tiempo a la defensa del Albacete para despejar.
Las bajas locales hicieron que, además, de la entrada de jugadores poco habituales, otros como Manu García jugaran en una posición que no es la suya, ya que lo hizo más retrasado, aunque un pase suyo sirvió para que Djurdjevic centrase sobre la llegada de Gaspar, que, solo y en inmejorable posición, remató muy alto.
Manu Fuster tuvo otra oportunidad para el Albacete, pero Mariño respondió muy bien, y antes del descanso Djurdjevic probó con un disparo desde la frontal del área que salió rozando un poste. La salida del Sporting en la segunda parte fue mucho mejor que en la primera y encerró al Albacete en las inmediaciones de su portería.
El dominio local se incrementó y durante bastantes minutos se jugó en el medio campo visitante y Djurdjevic gozó de una gran ocasión en un buen centro de Pelayo Suárez que el serbio cabeceó demasiado cruzado. Pocos minutos después Álvaro Vázquez desaprovechó una doble ocasión, ya que Tomeu desbarató su primer disparo y tampoco acertó en el rechace que le volvió a caer a sus pies.
El Albacete supo sufrir y poco a poco fue sacudiéndose el dominio rojiblanco, aunque sus acciones no crearon peligro, y además la intensa lluvia que cayó durante todo el partido fue haciendo impracticable el campo, por lo que en la recta final del duelo el juego se convirtió en una serie de intentos de envíos largos que facilitaron la labor de las defensas. Poco antes del final, el Sporting pudo marcar con un disparo de Djurdjevic al que respondió Tomeu con una gran parada.