¿A qué se debe la baja incidencia del coronavirus en Asturias?: Los secretos del Principado

Pese a que se hayan producido más de 300 fallecimientos a causa del coronavirus, Asturias se ha convertido en un ejemplo en la lucha contra la pandemia. La región más envejecida de España se ha librado del grave impacto del COVID-19. Un hecho para destacar teniendo en cuenta que el colectivo de los más mayores ha sido el más golpeado por la enfermedad en líneas generales.

La resistencia asturiana al coronavirus se debe fundamentalmente a tres factores claros: las malas comunicaciones, la baja densidad demográfica en algunas zonas y, sobre todo, pruebas y rastreos.

El responsable de virología del HUCA, Santiago Melón, muestra en El País la curva de contagios diarios en Asturias, que roza la línea horizontal y se aprecia cómo, sobre todo tras superar el primer coletazo, ha descendido de manera considerable y que nunca fue muy acusada.

Con 315 muertes y 3.344 contagios, los números del Principado sitúan a la comunidad como una de las menos afectadas del conjunto de España, que ya suma 27.650 personas fallecidas y 231.350 casos.

La baja densidad demográfica en algunas zonas de la región es lo que llevó al Gobierno del Principado a pedir al Ejecutivo central que Los valles del oso y la Comarca de los Oscos -compuesto por 13 concejos- pasaran directamente a la fase 2 de la desescalada. Una petición que finalmente no fue atendida.

El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, puso a Asturias como ejemplo de trabajo y esfuerzo frente a la pandemia por la cantidad de pruebas de detección realizadas en la región.

Este pasado sábado, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, también destacó ese buena labor. "Asturias tiene unas características geográficas y sociodemográficas que no son comparables a las de otros territorios. Ha tenido un trabajo importante con la salud pública".