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El último de una época dorada

Roberto Canella con su brazalete de capitán (Foto: Luis Manso).
Borja Fernández

Con la salida de Roberto Canella del Sporting de Gijón, una de las mejores generaciones rojiblancas se queda huérfana. La plantilla asturiana pierde al último superviviente que sobrevivía del ascenso de 2008, con Manolo Preciado en el banquillo. Uno tras uno, todos han ido abandonando el club. El lateral de Pola de Siero era el único superviviente. Ya no queda nadie de aquella época.

Nadie, sobre el césped. El primer equipo contará con un representante de aquella generación mágica dentro del vestuario. Iván Hernández, que dejaba un humorístico mensaje para Roberto Canella en su despedida, estuvo en la plantilla que conseguía el ascenso con Preciado. El exdefensa rojiblanco volverá a acompañar a José Alberto como segundo entrenador, aportando su experiencia como jugador rojiblanco a la plantilla.

Pero, desde el césped, el once estará huérfano. Del ascenso de 2008, no queda nadie. Del de 2015, solo dos. Carlos Carmona y Pablo Pérez son los únicos que permanecen en la plantilla rojiblanca, cinco años después. El resto se han ido desprendiendo del club con el paso de los años. De una plantilla de 28 jugadores que conformaron el Sporting en 2015, solo el balear y el gijonés permanecen ligados al club.

Marcar una nueva época

Con la llegada de jugadores con ADN 'sportinguista' se busca precisamente eso. Jugadores con el carácter y el espíritu de los que consiguieron el ascenso en una época anterior. Hombres como Javi Fuego o Borja López están llamados a recuperar ese sentimiento. Algo que, Raúl Cámara, definía a las mil maravillas. "Con Preciado, eramos un equipo. Luchábamos todos a una". Eso debe ser el Sporting 2019/2020. Un conjunto capaz de representar los valores del club, con el único objetivo del ascenso. Para lograrlo, se deben incorporar jugadores capaces de encarnar los valores de Mareo. Algo que, por ejemplo, Canella representaba a la perfección. 

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