Superados hasta en corazón

Superados desde el pitido inicial. En fútbol y en corazón. El Sporting de Gijón fue arollado de partida. Los elegidos para la gloria parecieron salir anestesiados por el ambiente y la responsabilidad. Rubén Baraja y sus futbolistas no estuvieron a la altura, y era un derbi asturiano, con lo que eso conlleva. 

Una imagen lamentable, un equipo roto desde que pisaron el verde del Carlos Tartiere. Una diferencia insalvable de intensidad de las que tienen su reflejo en el marcador, incluso pudo llegar a ser peor. El balón parado, como el algodón, no engaña, estaban dormidos. Abrieron los ojos a base de goles, no hay despertador mejor.

Con todo en juego. Más que tres puntos, una posible reacción y la continuidad de Rubén Baraja al frente del equipo y ni con esas. Infinitamente lejos de lo necesario y lo esperado. La plantilla rojiblanca no estuvo a la altura de las circunstancias en el derbi asturiano. Superados hasta en corazón.

Con 75 minutos por delante para recomponerse tampoco fueron capaces de ofrecer una cara que les abriera opciones reales de competir por sumar. El amor propio apareció en los minutos finales pero sin capacidad para crear fútbol de ataque. Los futbolistas rojiblancos decepcionaron a una afición entregada. La capacidad no se les discuta pero no hizo acto de presencia en la cita más esperada por sus seguidores.