El último partido de Baraja
La dolorosa derrota del Sporting de Gijón ante el Real Oviedo, así como el mal juego mostrado por el equipo rojiblanco en el Carlos Tartiere dejan a Rubén Baraja más fuera que dentro del banquillo. Ha sido su último partido.
El derbi asturiano era decisivo. De su resultado dependía el futuro de Baraja al frente de la plantilla sportinguista. Por eso, la dura derrota frente al eterno rival, no ha sacado al técnico vallisoletano de la cuerda floja y será su último partido sentado en el banquillo del Sporting.
Ha recibido votos de confianza desde las altas esferas del club gijonés desde que comenzara la temporada. Una campaña que ha comenzado mal para un equipo que estaba llamado a luchar por el ascenso desde el principio del curso. No ha sido capaz sin embargo de refutar su ratificación, y la directiva se ve obligada a buscar un cambio de aires en el vestuario que ayude al Sporting a salir de la mala racha en la que se encuentra enfrascado.
Todavía no es oficial, pero la continuidad de Baraja está sentenciada. Debilitado hasta el extremo, sin el respaldo de la afición y con la pesada losa de los resultados negativos sobre sus espaldas, la salida era inevitable y más que cercana en el tiempo. El derbi ha sido el último partido de Baraja.