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El orgullo de un sportinguista tras el golpe del derbi

Manuel Monge

Como en todas las historias, el derbi asturiano dejó vencedores y vencidos. Alegría, éxtasis y júbilo por un lado, y decepción y tristeza por otro. En esta ocasión, le tocó pasar el mal trago a la afición del Sporting de Gijón que vio como su equipo caía en el Carlos Tartiere con un doblete de Mossa. Fue el 'palo' más grande de la temporada sin ninguna duda, aunque la derrota ante el Real Oviedo despertó el orgullo del sportinguismo. Orgullo de ser sportinguista y de vivir ese sentimiento hasta en los peores momentos, como demostró el aficionado de la imagen.

Casi 15 años después, La Mareona tenía la oportunidad de vivir un derbi en casa del eterno rival. La espera había sido larga, pero llegó el día. Y 1.200 sportinguistas animaron a los suyos en las gradas del Tartiere.
El panorama en los primeros instantes no podía ser mejor. Jony silenciaba al oviedismo con el primer tanto del partido. Pero el Oviedo le dio la vuelta al partidos con dos goles de un protagonista inesperado, Mossa.
El éxtasis de la grada del Tartiere con el pitido final contrastaba con la decepción de La Mareona. En ese momento, en uno de los peores de los últimos años, el orgullo rojiblanco salió a relucir. Este aficionado desplegó su bufanda para demostrar que un mazazo de ese calibre refuerza aún más si cabe su pasión por unos colores. 
 

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